CUARTO VIERNES DE CUARESMA EN SANTA ANA HUISTA
XIX PARTE
Por Elder Exvedi
Morales Mérida.
Fuente:
Huista: un viaje a través del tiempo.
Cuarto Viernes de Cuaresma, 1995.
Desde muy temprano, los organizadores de los bailes estaban de un lugar
a otro con los preparativos.
Amenizó el “baile de ocotes”-así le llamaban porque se alumbraban con
luz de ocote, a falta de luz eléctrica- los famosos “bailes de bombas”- . En
estos bailes se interrumpía la música a menudo para que determinado bailador,
lanzara su bomba, la cual era contestada por la persona aludida.
A las seis de la tarde, la plaza estaba lista, bien barrida y regada.
En cada horcón había un hachón de ocote, listo para alumbrar.
La música empezó, e inmediatamente la improvisada pista de baile fue
invadida.
Juan Huista bailaba con María Tecúm y miraba de soslayo a Micaela Ixcoy
que bailaba muy embelesada con su compadre Pedro Ixim.
Se sintió herido en su amor propio. Al rato gritó ¡¡Bomba!! La marimba
calló, paró la música.
Dirigiéndose a Micaela, le dijo:
“Podrás tener otro amor, pero no será el mejor, porque como yo te amo, nadie te
amará, porque, morenita mía, de caricias, tu cuerpo, jamás nadie llenará…”
Al grito de la gente, siguió la música para que la aludida preparar la
contestación.
-Ese Juan Huista se la echó buena-, decían unos.
-Van a ver que la Micaela le va a tortear la trompa.
-Aí velo pué.
Al poco rato se oye el grito de Micaela: ¡¡Bomba!!
Paró la música, y ella, dirigiéndose
a Juan Huista, le contesta: ¡Chancla
que se deja tirada, ya jamás será levantada. En mis brazos hallaste amor, y te di, además una flor, pero ya no seré tuya,
pasado amor. Aleluya, aleluya!
Todos gritaron y aplaudieron. Hasta
los mancos…
Siguió tocando la pieza.
Al ratito otra bomba de Juan Huista: ¡¡Ya es tarde corazón, para que te
llenes de ilusión. Un día te amé y de caricias te llené, pero jamás mis brazos
se abrirán para vos, y lo sabe tata Dios!!
Todo había subido de tono y había más expectación.
Siguió la música, y al ratito viene la contestación de Micaela:
¡¡Estás delirando, pobre corazón. Y estás perdiendo, por mis besos y caricias,
la razón, pero lo pasado, pasado, como dijo José José, y ai velo pué!!
Juan Huista se puso furioso y se largó, dejando sola y plantada a medio
baile a la pobre María Tecúm.
Eran ya las nueve de la noche, y
Juan Huista llegó a la cantina de doña Chabela.
CUARTO VIERNES DE CUARESMA EN SANTA ANA HUISTA
XIX PARTE
Por Elder Exvedi
Morales Mérida.
Fuente:
Huista: un viaje a través del tiempo.
Cuarto Viernes de Cuaresma, 1995.
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