martes, 8 de agosto de 2017

San Antonio: haceme un milagrito

San Antonio: haceme un milagrito
FUENTE: Huista: Un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida. 1994

A las doce y media, doña Elena llamó a los hombres para el almuerzo.
-¡Chema, Juan de Dios y John, ya está el almuerzo!
-Ya vamos mujer, pero no grités, porque no estamos sordos-, respondió tío Chema.
Y llegaron.
-Huele muy rico-, dijo John.
-Es pepián-, indicó Juan de Dios.
-Siéntese pues, sino, ya no van a crecer-, dijo Luisa, entre risas, quien llevaba el exquisito almuerzo.
Y obedecieron.
-¿Qué tal de día?-interrogó doña Elena.
Y John, con muchas dudas, dijo: -En casa de María miré una repisa, según me dijo se llama el pequeño mueble; y, en ella, una imagen de cabeza. Me parece algo raro…
-Ah, usted se refiere a San Antonio.  San Antonio de Padua es un santo que tiene mucho trabajo-dice doña Elena-, ya que se le hacen muchas peticiones, desde recuperar objetos perdidos, velar por la salud, hasta encontrar el amor. Esta última petición es la que más se le hace. Y peor en nuestro pueblo… Hay quienes aseguran que gracias a él encontraron a su pareja. Por ejemplo, Nisha, hija de Zacarías, a sus 32 años nunca había tenido novio, y durante tres meses iba a  la iglesia,  para que el santo le hiciera “el milagrito”. Esto sucedió hace siete años, encontró novio y está  casada y esperando a su séptimo ixtío.
-Es muy interesante-, dijo John.
-Así es amigo. Yo conozco muchos casos- continuó doña Elena. En toda Guatemala se tiene una tradición de religiosidad y devoción a San Antonio. Durante su día, las familias  se acercan a su parroquia para pedir por sus seres queridos, pero aquí, cada uno tiene una santito en una repisa. Se acostumbra rezarle una novena, colocarle velas y llevarle ofrenda para que las patojas consigan un buen novio. Se acostumbra  llevarle 13 monedas al santito y dárselas en ofrenda, a cambio del favor solicitado.  Y miren pues: Si no funciona, el santo es puesto de cabeza. Esa es la explicación pues. Eso se hace como una forma de castigo para el santo cuando no cumple con una petición.  No es de extrañar pues que en muchas casas,  las muchachas tengan imágenes del santo, esperando que el amor toque a las puertas de sus casas.
-Oh, ya comprendo-, exclamó John.
-Muchas personas  que tienen su pistío le ponen sus velas aromáticas,  y hasta pócimas de amor.
Y el almuerzo, acompañado de una charla tan  interesante, se sintió más exquisito.
FUENTE: Huista: Un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida. 1994


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