CRÓNICAS HUEHUETECAS (III)
Por Elder Exvedi
Morales Mérida (1997)
El gorjeo de los pájaros desparrama su júbilo y poesía.
¡Es un nuevo día!
¡Otra dádiva del Supremo Creador!
Los cantos metálicos de las
campanas de la majestuosa catedral alzan el vuelo.
Consulto mi reloj: son las 6.22.
El parque central de Huehuetenango luce limpio, y los amigos lustradores
han comenzado con su larga y agotadora faena para llevar, con dignidad, el pan
a la mesa.
Veo a don Doroteo, mas no a don Agapito.
Don Doroteo es moreno, chaparro. Nariz aguileña. Chato, le llaman todos.
Las canas le invaden la cabeza y el bigote. Luce encorvado y tiene dificultades
para desplazarse.
-¿Qué tal amigo?-, me saluda, al momento que da el vuelto o cambio a uno de sus clientes,
un empleado municipal, con cara de pocos amigos…
-Buenos días don Doroteo. Yo bien, ¿y usted?-, respondo, mientras le
saludo con un apretón de manos.
Y él, con una sonrisa en sus labios, dice:
Aquí, ganando unos centavos, aunque sea para el Pollo Campero…
Y reímos.
Y el gorjeo de los pájaros sigue floreciendo.
-¿Y don Agapito?
-Cállese mano-, replica con evidente preocupación.
-¿Qué pasó? Peor si le pasó algo malo…
-El pobre está jodido: iba en su bicicleta cuando un cabrón bolo le pegó
su buen sopapo.
Y yo, turbado, le digo: Pobre, más tardé iré a verle.
Me senté.
Y comenzó a lustrar mis zapatos.
Tomé el periódico. En portada: la fotografía de un politiquero. Me dio
asco y me deshice del diario.
De pronto, diviso a un anciano sereno, amable y carismático.
Sentado, en una banqueta, acariciaba una guitarra. Sus dedos sonoros mimaban las cuerdas, y los
acordes, arpegios y melodías diáfanas, dulces y amorosas nos prodigaron un
ambiente más apacible.
-Es don Netío Monzón, “El cantor del paisaje”,-me dice orgulloso don
Doroteo, interrumpiendo su labor.
-Eso imaginé, pues lo conocí en 1992 cuando llegó a Santa Ana Huista-,
confesé.
Y agregué: Llega seguido a Huista,
como le llaman a mi pueblo, pues es amigo de todo mundo, sobre todo, de don
Filomeno Hernández Domínguez y de tu vasta familia.
-Tiene razón Exvedi: todo el mundo lo quiere, admira y aprecia.
Don Doroteo guardó silencio, y volvió a la faena.
Y recordé que don José Ernesto
Monzón Reyna nació en Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, el 31 de
diciembre de 1917.
Ejerce la docencia en centros de
segunda enseñanza, en las disciplinas de matemáticas, contabilidad y literatura
y es miembro de la Asociación de Cronistas Deportivos.
En el año 1942 ingresó a la Asociación de Periodistas de Guatemala APG.
Se incorporó a la Universidad de San
Carlos de Guatemala, en donde presta servicios
como investigador de literatura folklórica.
Don Neto siempre ha sido flaco, me decía un día don Filomeno Hernández
Domínguez.
Y es cierto, pues recuerdo que tengo una fotografía donde aparece dándose
un fraternal abrazo con el ídolo mexicano Pedro Infantes.
Don Doroteo levanta la mirada y
sigue con el interesantísimo tema:
El lleva el arte en sus venas, pues su señor padre, tíos, tías, hermanos,
y sobrinos tocan la guitarra y cantan y
su señora madre fue maestra de música y profesora de piano.
El mismo cuenta que se inició como compositor el 23 de junio de 1937 al
componer la canción Río Limón o el Todosantero.
Imagínese Exvedi: ha compuesto más
de 200 canciones. Le ha cantado a toda
Guatemala. Es bien pilas, como dicen los ixtos.
Y don Doroteo tiene razón: don Neto le ha cantado a todo el país, pues,
como él dice, es su numen. También ha
compuesto canciones para El Salvador,
Honduras, Nicaragua y Costa Rica, y a
ciudades de México. Entre sus
canciones jocosas recuerdo ¡Ah...puchis
que dé a sombrero! y ¿Quién quilete?
Otras de sus obras que el pueblo
canta son Milagroso Señor de Esquipulas, Madre, Día de tu Santo o
Mañanitas guatemaltecas, Canto A Mi Guatemala, Otra Vez,
Livingston, Volcán de Pacaya,
Puerto de San José, La Sanjuanerita, y Soy de Zacapa, por mencionar
algunas.
En el año de 1958 , la canción "Milagroso Señor de Esquipulas"
figuró en el programa de éxitos latinoamericanos difundido por la WRUL de Nueva
York, habiendo finalizado entre las cinco canciones más gustadas del mes de
octubre de dicho año, quedando en medio de "Dios No Lo Quiera",
cantada por Lucho Gatica y que "Seas Feliz" por Libertad Lamarque; en
1958 llevó la representación de Guatemala al III FESTIVAL FOLKLORICO DEL CAFE,
en Manizales, Colombia, en donde fue declarada la mejor canción del festival;
la interpretó Rodolfo Augusto Tejeda, con el acompañamiento de la marimba
Maderas de Mi Tierra. Fue fondo y tema de la película "El Cristo
Negro". En 1981, oportunidad en la que viajó a Chile, Perú y Colombia, la
encontró grabada en las voces de Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo.
-Servido amigo-, me avisa don Doroteo, mientras se sienta a mi lado.
Y, apreciando a don José Ernesto Monzón, hijo ilustre de Huehuetenango,
añade: Don Netío es un gran personaje. Usted sabe que Soy de Zacapa
fue grabado en México por el mariachi Vargas de Tecalitlan y en España
por la orquesta del Maestro Alfonso Agulló.
-Sí don Doroteo. ¿Es un gran orgullo verdad?
-Claro que sí Exvedi.
Y callamos un rato, mientras observamos a don José Ernesto Monzón y
escuchamos cómo, con maestría, va hilvanando versos y melodías.
Por cierto, otras canciones suyas han sido grabadas además de en
Guatemala, en los Estados Unidos, México, El Salvador, Honduras, Costa Rica,
Colombia y España.
Dentro de los artistas extranjeros que han grabado sus canciones recuerdo
a El trío Los Peregrinos, Bolivianos; Trío Los Incas, Peruanos, Cantares de
Chile y América, Chilenos; Cuarteto Los Guajiros, Salvadoreños; Orquesta del
Maestro Alfonso Agulló, en España; Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo,
ecuatorianos.
Antes, en Santa Ana Huista se declamaban sus poemas El Retorno,
A Las Cavernas, Quisiera, El Amor Verdadero y Canción De Primavera.
-Fíjese amigo-dice don Doroteo, casi para concluir-, la dirección de
radio y TV nacional le dio íntegramente un programa de " LA HORA NACIONAL
", desde el conservatorio de música y artes escénicas, entrando en cadena
todas las radiodifusoras y canales de televisión del país. La APG, el 10 de
Abril de 1971 le hizo entrega de la Monja Blanca APG por ser el artista más
sobresaliente del año 1970: en 1976 la municipalidad capitalina le hizo entrega
de la orden Jorge Álvaro Sarmientos; las radiodifusoras Ciros y La Voz de
Américas le entregaron la "DAMA DE ORO DEL COMPOSITOR" el 6 de Junio
de 1982. La dirección del Teatro Nacional y la asociación de cantantes
profesionales, presentaron en el Teatro Nacional, el primer "FESTIVAL
CANCIONES 'JOSE ERNESTO MONZON'", en donde 11 de los más cotizados
cantantes de Guatemala, acompañados por la orquesta del maestro Vinicio
Quezada, interpretaron 22 canciones de su inspiración; y en donde el dúo
Charango Verá de Argentina, estrenó el vals "Cantor del paisaje", que
fue compuesta por ellos, en honor al ilustre huehueteco. En octubre de 1983 la
Federación de Artistas Nacionales, lo declara el "COMPOSITOR DEL
AÑO", y le hacen entrega del Pentagrama de oro. El 12 de septiembre de
1984, la Facultad de Humanidades de la USAC, con presencia de las máximas
autoridades de la universidad y de dicha facultad, le hacen entrega del diploma
que lo acredita como “EMERITISIMUN DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS". El 30
de noviembre del mismo año con motivo del "Día del Periodista", la
APG le hace entrega de la "CRUZ AL MERITO ARTISTICO", y en diciembre
del mismo año el Club de Leones de Zacapa y la municipalidad de esa ciudad
bautizaron con su nombre a la principal calle del barrio Tamarindal, mismo
lugar donde en julio de 1998 fue develado un busto y se bautiza con el nombre
del Maestro Monzón la plaza donde éste se encuentra ubicado.
Años después, exactamente el 5 de
noviembre de 1999 recibió " LA ORDEN DEL QUETZAL EN GRADO DE GRAN
OFICIAL". En enero del año 2000 la empresa mexicana de noticias lo declaró
como "EL MEJOR COMPOSITOR GUATEMALTECO DEL MILENIO".
Don Meno también contaba que
cuando el ilustre huehueteco vivió en la finca de su señor padre en San Vicente Chojil, el
propio José Ernesto recordaba: cantaba a dos voces con su hermano Ricardo, lo mismo sucedía en la
Democracia y en San Antonio Huista, todos iban a las serenatas, narrándonos con
ellos, una tradición española muy propia de los huehuetecos. Y en
Santa Ana Huista también se le recuerda con cariño.
Consulto mi reloj, pago por el lustre, doy las gracias, y con un caluroso
apretón de manos, me despido de don Doroteo.
Y el gorjeo diáfano de los pájaros y la música que hilvana el maestro
José Ernesto Monzón, siguen alabando al Supremo Creador y cantándole a la vida
y al amor.
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