miércoles, 16 de agosto de 2017

CRÓNICAS HUEHUETECAS (III) Por Elder Exvedi Morales Mérida (1997)

CRÓNICAS HUEHUETECAS (III)
Por Elder Exvedi Morales Mérida (1997)

El gorjeo de los pájaros desparrama su júbilo y poesía.
¡Es un nuevo día!
¡Otra dádiva del Supremo Creador!

Los cantos metálicos de las  campanas de la majestuosa catedral alzan el vuelo.

Consulto mi reloj: son las 6.22.

El parque central de Huehuetenango luce limpio, y los amigos lustradores han comenzado con su larga y agotadora faena para llevar, con dignidad, el pan a la mesa.

Veo a don Doroteo, mas no a don Agapito.

Don Doroteo es moreno, chaparro. Nariz aguileña. Chato, le llaman todos. Las canas le invaden la cabeza y el bigote. Luce encorvado y tiene dificultades para desplazarse. 

-¿Qué tal amigo?-, me saluda, al momento que  da el vuelto o cambio a uno de sus clientes, un empleado municipal, con cara de pocos amigos…

-Buenos días don Doroteo. Yo bien, ¿y usted?-, respondo, mientras le saludo con un apretón de manos.

Y él, con una sonrisa en sus labios, dice:
Aquí, ganando unos centavos, aunque sea para el Pollo Campero…

Y reímos.

Y el gorjeo de los pájaros sigue floreciendo.

-¿Y don Agapito?
-Cállese mano-, replica con evidente preocupación.
-¿Qué pasó? Peor si le pasó algo malo…
-El pobre está jodido: iba en su bicicleta cuando un cabrón bolo le pegó su buen sopapo.

Y yo, turbado, le digo: Pobre, más tardé iré a verle.

Me senté.
 Y comenzó a lustrar mis zapatos.

Tomé el periódico. En portada: la fotografía de un politiquero. Me dio asco y me deshice del diario.

De pronto, diviso a un anciano sereno, amable y carismático. 
Sentado, en una banqueta, acariciaba una guitarra. Sus  dedos sonoros mimaban las cuerdas, y los acordes, arpegios y melodías diáfanas, dulces y amorosas nos prodigaron un ambiente más apacible.

-Es don Netío Monzón, “El cantor del paisaje”,-me dice orgulloso don Doroteo, interrumpiendo su labor.
-Eso imaginé, pues lo conocí en 1992 cuando llegó a Santa Ana Huista-, confesé.

Y  agregué: Llega seguido a Huista, como le llaman a mi pueblo, pues es amigo de todo mundo, sobre todo, de don Filomeno Hernández Domínguez y de tu vasta familia.

-Tiene razón Exvedi: todo el mundo lo quiere, admira y aprecia.

Don Doroteo guardó silencio, y volvió a la faena.

 Y recordé que don José Ernesto Monzón Reyna nació en Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, el 31 de diciembre de 1917.
Ejerce  la docencia en centros de segunda enseñanza, en las disciplinas de matemáticas, contabilidad y literatura y es miembro de la Asociación de Cronistas Deportivos.
En el año 1942 ingresó a la Asociación de Periodistas de Guatemala APG. Se incorporó a la  Universidad de San Carlos de Guatemala, en donde presta servicios  como investigador de literatura folklórica.

Don Neto siempre ha sido flaco, me decía un día don Filomeno Hernández Domínguez.                
Y es cierto, pues recuerdo que tengo una fotografía donde aparece dándose un fraternal abrazo con el ídolo mexicano Pedro Infantes.

Don Doroteo levanta la mirada y  sigue con el interesantísimo tema:
El lleva el arte en sus venas, pues su señor padre, tíos, tías, hermanos, y sobrinos tocan la guitarra y cantan y  su señora madre fue maestra de música y profesora de piano.  
El mismo cuenta que se inició como compositor el 23 de junio de 1937 al componer la canción Río Limón o el Todosantero.
 Imagínese Exvedi: ha compuesto más de 200 canciones.  Le ha cantado a toda Guatemala. Es bien pilas, como dicen los ixtos.

Y don Doroteo tiene razón: don Neto le ha cantado a todo el país, pues, como él dice, es su numen.  También ha compuesto  canciones para El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, y a  ciudades de México.  Entre sus canciones jocosas recuerdo  ¡Ah...puchis que dé a sombrero! y ¿Quién quilete?

Otras de sus obras  que el pueblo canta son Milagroso Señor de Esquipulas, Madre, Día de tu Santo o Mañanitas  guatemaltecas,  Canto A Mi Guatemala,  Otra Vez,   Livingston, Volcán de Pacaya,  Puerto de San José, La Sanjuanerita, y Soy de Zacapa, por mencionar algunas.

En el año de 1958 , la canción "Milagroso Señor de Esquipulas" figuró en el programa de éxitos latinoamericanos difundido por la WRUL de Nueva York, habiendo finalizado entre las cinco canciones más gustadas del mes de octubre de dicho año, quedando en medio de "Dios No Lo Quiera", cantada por Lucho Gatica y que "Seas Feliz" por Libertad Lamarque; en 1958 llevó la representación de Guatemala al III FESTIVAL FOLKLORICO DEL CAFE, en Manizales, Colombia, en donde fue declarada la mejor canción del festival; la interpretó Rodolfo Augusto Tejeda, con el acompañamiento de la marimba Maderas de Mi Tierra. Fue fondo y tema de la película "El Cristo Negro". En 1981, oportunidad en la que viajó a Chile, Perú y Colombia, la encontró grabada en las voces de Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo.


-Servido amigo-, me avisa don Doroteo, mientras se sienta a mi lado.
Y, apreciando a don José Ernesto Monzón, hijo ilustre de Huehuetenango, añade: Don Netío es un gran personaje. Usted sabe que  Soy de Zacapa  fue grabado en México por el mariachi Vargas de Tecalitlan y en España por la orquesta del Maestro Alfonso Agulló.

-Sí don Doroteo. ¿Es un gran orgullo verdad?
-Claro que sí Exvedi.

Y callamos un rato, mientras observamos a don José Ernesto Monzón y escuchamos cómo, con maestría, va hilvanando versos y melodías.

Por cierto, otras canciones suyas han sido grabadas además de en Guatemala, en los Estados Unidos, México, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Colombia y España.
Dentro de los artistas extranjeros que han grabado sus canciones recuerdo a El trío Los Peregrinos, Bolivianos; Trío Los Incas, Peruanos, Cantares de Chile y América, Chilenos; Cuarteto Los Guajiros, Salvadoreños; Orquesta del Maestro Alfonso Agulló, en España; Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo, ecuatorianos.

Antes, en Santa Ana Huista se declamaban sus poemas  El Retorno,  A Las Cavernas, Quisiera, El Amor Verdadero y Canción De Primavera.


-Fíjese amigo-dice don Doroteo, casi para concluir-, la dirección de radio y TV nacional le dio íntegramente un programa de " LA HORA NACIONAL ", desde el conservatorio de música y artes escénicas, entrando en cadena todas las radiodifusoras y canales de televisión del país. La APG, el 10 de Abril de 1971 le hizo entrega de la Monja Blanca APG por ser el artista más sobresaliente del año 1970: en 1976 la municipalidad capitalina le hizo entrega de la orden Jorge Álvaro Sarmientos; las radiodifusoras Ciros y La Voz de Américas le entregaron la "DAMA DE ORO DEL COMPOSITOR" el 6 de Junio de 1982. La dirección del Teatro Nacional y la asociación de cantantes profesionales, presentaron en el Teatro Nacional, el primer "FESTIVAL CANCIONES 'JOSE ERNESTO MONZON'", en donde 11 de los más cotizados cantantes de Guatemala, acompañados por la orquesta del maestro Vinicio Quezada, interpretaron 22 canciones de su inspiración; y en donde el dúo Charango Verá de Argentina, estrenó el vals "Cantor del paisaje", que fue compuesta por ellos, en honor al ilustre huehueteco. En octubre de 1983 la Federación de Artistas Nacionales, lo declara el "COMPOSITOR DEL AÑO", y le hacen entrega del Pentagrama de oro. El 12 de septiembre de 1984, la Facultad de Humanidades de la USAC, con presencia de las máximas autoridades de la universidad y de dicha facultad, le hacen entrega del diploma que lo acredita como “EMERITISIMUN DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS". El 30 de noviembre del mismo año con motivo del "Día del Periodista", la APG le hace entrega de la "CRUZ AL MERITO ARTISTICO", y en diciembre del mismo año el Club de Leones de Zacapa y la municipalidad de esa ciudad bautizaron con su nombre a la principal calle del barrio Tamarindal, mismo lugar donde en julio de 1998 fue develado un busto y se bautiza con el nombre del Maestro Monzón la plaza donde éste se encuentra ubicado.
Años después, exactamente el  5 de noviembre de 1999 recibió " LA ORDEN DEL QUETZAL EN GRADO DE GRAN OFICIAL". En enero del año 2000 la empresa mexicana de noticias lo declaró como "EL MEJOR COMPOSITOR GUATEMALTECO DEL MILENIO".

Don  Meno también contaba que cuando el ilustre huehueteco vivió en la finca de su señor  padre en San Vicente Chojil, el propio José Ernesto recordaba: cantaba a dos voces con su hermano Ricardo, lo mismo sucedía en la Democracia y en San Antonio Huista, todos iban a las serenatas, narrándonos con ellos, una tradición española muy propia de los huehuetecos.  Y en Santa Ana Huista también se le recuerda con cariño.


Consulto mi reloj, pago por el lustre, doy las gracias, y con un caluroso apretón de manos, me despido de don Doroteo.

Y el gorjeo diáfano de los pájaros y la música que hilvana el maestro José Ernesto Monzón, siguen alabando al Supremo Creador y cantándole a la vida y al amor.



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