POHXUHEW
FUENTE: Huista: Un viaje a través del tiempo.
Elder
Exvedi Morales Mérida.
Guatemala, septiembre de 1995.
Amaneció. El sol alumbraba sutilmente.
Es 14 de septiembre, un día especial, muy especial.
-Bienvenidos, que bueno que madrugaron-, dijo don
Santiago Witz-taj.
-Gracias-, respondieron tío Chema, Juan de Dios, John,
Juan Huista y Pedro Ixim.
Don Santiago
Witz-taj, anciano de 115 años de edad, continuó saludando a todos los
presentes.
-Un día como hoy,
nació en Quetzaltenango don Jacobo Árbenz Guzmán-, recordó tío Chema.
Y agregó: El soldado del pueblo fue electo presidente
de la república, para el período 1951-1957, en noviembre de 1950, obteniendo el
68.64% del total de los votos emitidos. Quiso construir una mejor Guatemala,
pero los judas, los vendepatrias no lo permitieron, y hasta lo humillaron y
echaron del país. Y en nuestro pueblo también vemos a tantos judas, a tantos
parásitos…
Shushcatal, Shushquej y Shushmac
que ahora ejecutan ocarinas recién hechas, ofrecen una música alegre. De la
garganta de cada ocarina brotan gorjeos, trinos, canturreos, murmullos y
retazos de júbilo indescriptible.
Shushquej o Jesús Gaspar recién ha cumplido 99 años de edad, y comenzó a
ejecutar chirimía, ocarina, marimba de tecomates, tun, tzicolaj, tzu y guitarra
a los 8 años.
El rancho donde se celebra la Pohxuhew o fiesta de
agradecimiento por los primeros cultivos está engalanado con hojas de pacaya y
pino.
En medio del rancho, una olla grande que contiene
tamalitos de frijol.
He ahí pues Shushcatal, Shushquej y Shushmac tocando la ocarina mientras esperan que los
tamalitos de frijol entero se cuezan.
Don Santiago Witz-taj ha regresado a conversar con sus
invitados especiales: Tío Chema, Juan Huista, Pedro Ixim, Juan de Dios y John.
-De una a cinco de la mañana estuvo tocando la marimba
de sones de don Francisco Méndez-, dice don Santiago.
-Muy buena marimba-, reconoce tío Chema.
Los demás rezan:
Gracias Madre Tierra
por darnos tu amor,
gracias por los frutos
que nos dan vida.
Gracias al Creador.
Gracias por la Madre Maíz,
por el teosinte sagrado;
por el sustancioso frijol
y por todos aquellos frutos
con que nos alimentas,
Madre Tierra.
Gracias, porque en tus surcos
recogemos muy agradecidos
el sagrado alimento
para que nuestra raza
se multiplique
y eternice.
De la garganta de cada ocarina seguían germinando cantares, gorjeos, canturreos, susurros y
cosmos de gozo inefable.
“Ni Antonio Vivaldi pudo describir a través de su música la belleza de
la primavera”, escribió años
después Juan de Dios en The New York
Times.
-Ya están hirviendo-, dijo la más anciana de las
mujeres.
Y al unísono se escuchó la siguiente plegaria:
Te damos gracias Creador
y te rogamos humildemente
que nunca nos desampares
y que la Madre Tierra
siempre nos prodigue
el sagrado sustento.
Al cocerse los
tamalitos de frijol entero, Shushquej o Jesús Gaspar hizo
estrellar su ocarina fresca contra la
olla, y las ancianas comenzaron a sacar los tamalitos, llamados también como “tamalitos del ocho”. Repartieron los exquisitos
tamalitos y los hombres más viejos se encargaron de distribuir pozol endulzado
con panela en sendas jícaras.
Don Santiago
Witz-taj fue a colocar con gran respeto el primer tamalito a un altar, juntamente con una jícara de pozol.
Shushquej y Shushmac también depositaron sus ocarinas en el altar
oloroso a pom, a incienso, a ocote y a candela.
Shushquej recogió su ocarina deshecha. La envolvió en doblador y con respeto fue a enterrarla al pie de un árbol de hormigo o
palo de marimba, el cual, al instante, se llenó de pájaros que, con sus
múltiples gorjeos, también celebraron con los habitantes del lugar.
-Es impresionante-, manifestó John, el estadounidense que, años
después, escribiría sobre todo lo que aconteció durante su estancia en Santa
Ana Huista.
Un anciano llamado Domitilo
ofreció aguardiente.
Y muchos bebieron.
-Rica la cusha-, reconoció
John.
Y una anciana, en poptí, se refirió a él:
“Qué bueno que el gringo
conozca nuestras tradiciones y costumbres. Y que las respete, por supuesto”.
(Kawk’ultaheb’
naj gringo chohtajnheheb’
najkob’eyba’lb’ojtzetjehik’oj.
Yilalsxikiltajnhenheb’ naj.)
Cuando las ocarinas dejaron de
prodigar su música placentera, comenzó de nuevo a derramar sus sones la marimba fundada y
dirigida por don Francisco (Chico) Méndez,
e integrada por don Emeterio
Crisanto Méndez, Nazario Recinos, Gaspar
Recinos, Gaspar Méndez, Guadalupe Pérez, Juan Pedro Pérez, Martín Julián Pérez y Juan Castillo. Algunos le llamaban
“La Marimba de los Gaspares”, otros, “Marimba de los Cashpares”.
-Don Santiago
Witz-taj, ¿puede usted explicarnos todo lo referente a esta celebración?-,
solicitó John.
-Claro que sí, amigo, con mucho gusto. Pohxuhew: es la
fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos. En el Calendario Maya
Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox, en uno de los días del mes de agosto
o primera quincena de septiembre generalmente, como lo estamos haciendo hoy 14,
del mes patrio.
Años después,
Juan de Dios, en una de sus columnas en The New York Times, escribió al respecto:
“Pohxuhew: es la fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos. En el
Calendario Maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox, en uno de los días
del mes de agosto o primera quincena de septiembre generalmente. Es una fiesta
hogareña que consiste en cocer tamalitos de frijol entero, las personas
rodeadas alrededor del fuego tocan la ocarina mientras esperan que se cuezan;
al cocerse, hacen estrellar una ocarina fresca
contra la olla y comienzan a sacar los tamalitos; a estos tamalitos les
llaman “tamalitos del ocho”).
Fiesta de agradecimiento por los primeros productos de
los cultivos. En el calendario maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox
(13 Tox), en uno de los días del mes de agosto o primera quincena de
septiembre, generalmente”.
Tío Chema, Juan de Dios, John, Juan Huista y Pedro
Ixim regresaron muy alegres cuando la noche comenzaba a caer, ese 14 de
septiembre inolvidable, sobre todo, para John, el gringo amigo, como decía la
gente de Huista…
*Agradecimiento especial a don Pascual Mendoza por
narrar parte de esta festividad.
FUENTE: Huista: Un viaje a través del tiempo. Elder
Exvedi Morales Mérida.
Guatemala, septiembre de 1995.
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