jueves, 23 de marzo de 2017

CUARTO VIERNES DE CUARESMA EN SANTA ANA HUISTA XVIII PARTE Por Elder Exvedi Morales Mérida.

CUARTO VIERNES DE CUARESMA EN SANTA ANA HUISTA   
XVIII   PARTE
                                                            Por Elder Exvedi Morales Mérida.

Fuente: Huista: un viaje a través del tiempo.  Cuarto Viernes de Cuaresma, 1995.


En ese momento, apreció el poeta declamando su  poema “La ofrenda del romerista”,  en las calles, como lo hacía desde que era adolescente.
LA OFRENDA DEL ROMERISTA

I
Desde tierras lejanas he venido,
 con mi ofrenda sacrosanta,
a este pueblo bendecido,
donde la marimba dulcemente canta.
II
Soy un jubiloso romerista
que viene a Santa Ana Huista,
 a venerar a Jesús Nazareno,
al amado Salvador sereno.
III
De rodillas llegamos con reverencia,
a los pies de Jesús el Salvador,
¡Oh! Qué gozo estar ante su presencia,
 con tantos cantos inundados de amor.
IV
Soy un renovado romerista,
en este pueblo altruista,
 desde que Tata Chema Lemus creó
el Cuarto Viernes , que de amor se atavió.
V
La parroquia huele a manzanilla,
a pom, a incienso y a pino;
y a raudales en la mejilla
se esparcen lágrimas de Cristo el Divino.
VI
Las calles incendiadas de alegría.
La rueda de Chicago gira y gira.
Y Jesús Nazareno se extasía,
cuando alegres nos mira.
VII
Y por eso Santa Ana Huista,
tierra eternal y soberana,
mi alma de amatista 
te canta, con su ternura americana.


Todos le aplaudieron.  Hasta los mancos. Hasta los sordos…


Juan de Dios consultó su reloj.
-Ya son las once y tenemos una invitación del capitán-, les  recordó.
Y tío Chema respondió: Se me estaba olvidando, Juan de Dios, y no podemos faltar, porque hoy es su cumpleaños. Pero nos da tiempo echarnos otro parito. Con este calor y con esta sed, cae bien.


Efectivamente, el capitán del Ejército Nacional, don Brígido Peláez,  les hizo llegar una invitación para un almuerzo. Ellos aceptaron gustosos.

De sobra conocían su historia.

Al filo del mediodía enfilaron hacia la casa del Capitán  Peláez, ubicada a la vera de la Calle Real, cerca del río Huista,  y vecino de don Ismael Escobedo.

Doña María Escobedo, esposa del Capitán, los hizo pasar.
Cristóbal, Roselia, Romelia, Raúl y Javier, hijos de los esposos Peláez-Escobedo aún estaban de un lugar a otro,  preparando todo.

-Ustedes sí son puntuales compadre Chema-,  dice doña María.
-Sí, así es comadre, sobre todo, que es el cumpleaños de mi compadre Brígido.

-Mi papá, como ustedes saben, es originario de Salamá, Baja Verapaz, y llegó a Santa Ana Huista por órdenes del presidente-, dice Cristóbal.
-Aquí conoció a mamá, se casaron y nacimos de ese matrimonio ejemplar Romelia, Raúl, Javier y yo-, agrega Roselia.
-Como saben-intervino Romelia-, papá ha sido alcalde en varias ocasiones: 1920, 1924, 1928 y 1930.

Aún platican con los hijos de don Brígido Peláez y de doña María Escobedo, cuando llega don Félix Castillo.
Lleva suficiente comiteco, que trae desde Comitán, Chiapas, México.
-Ahora sí vamos a pasarla muy bien-dice, y saluda  efusivamente a todos.

Tío Chema les había hablado ya de don Félix, quien es oriundo de La Libertad, Huehuetenango. Se casó con doña Manuela López, natural de Santa Ana Huista, y es padre del ilustre santaneco Esteban Antonio Castillo López, que, al igual que otros, luchó por nuestra autonomía municipal. Otro hijo es Ramón, quien donó el predio donde se construyó la escuela que lleva el nombre del autor de nuestro glorioso himno nacional.

A la fiesta llegaron los tres: Don Félix, su esposa Manuela y Esteban. Por cierto, don Félix fue alcalde en 1925.

-Ya viene papá-avisa alegre Romelia, y la marimba lo recibie con Las Mañanitas, aunque ya es la una de la tarde.

Efectivamente, es el Capitán   Brígido Peláez, quien aparece en la puerta. Luce gallardo, como siempre.

-Feliz cumpleaños-, lo felicitaron todos, en coro.

En realidad, la pasaron bien, muy bien.

Por cierto, muchos años después, Juan de Dios y Douglas se enteraron de la  muerte del capitán, que sucedió durante uno de sus viajes a su tierra natal: Salamá. Enfermó gravemente en Sacapulas, Quiché, donde falleció.

Don Esteban Antonio Castillo López contrajo matrimonio con la educadora María Andrea Rivas, con quien procrearon a Rufina y Elvia. Doña María Andrea es hermana de la educadora y escritora Lucinda Rivas, residente en México.

Posteriormente, al enviudar don Esteban, contrajo nuevas nupcias con la santaneca Florinda Lemus Morales, hija de don Jorge Lemus y de doña Natividad Morales Velásquez.

Don Esteban fue alcalde municipal y Juez de Paz en 1966.


A las dos de la tarde se despidieron.

Ya, en la calle, tío Chema propuso:
-Vamos a echarnos otro par de frías a la cantina de doña Chabela, mientras escuchamos a Las Jilguerías.
-Vamos-, aceptaron Juan de Dios y John.

Teco Radio le llamaban a un joven que andaba de un lado a otro con su grabadora Panasonic color celeste, ofreciendo música. Llevaba, además, buena cantidad de casetes.






CUARTO VIERNES DE CUARESMA EN SANTA ANA HUISTA   
XVIII   PARTE
                                                            Por Elder Exvedi Morales Mérida.


Fuente: Huista: un viaje a través del tiempo.  Cuarto Viernes de Cuaresma, 1995.

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