miércoles, 27 de julio de 2016

LA FERIA PATRONAL DE SANTA ANA HUISTA (X)

LA FERIA PATRONAL DE SANTA ANA HUISTA (X)

FUENTE: Huista: un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida.                 Guatemala, 26 de julio de 1994.


Al mediodía, los santanecos o huistecos, como les llaman algunos, por ser este el primer pueblo llamado Huista por los cronistas coloniales, acuden a la casa parroquial. Ahí las mujeres que integran la cofradía preparan el caldo de hierbas, platillo típico del municipio.
-Cuando las ollas están en el fuego, las incensariamos, echamos agua y hacemos una oración”, explica doña Ventura Lemus Barillas, esposa de don José María Hidalgo y madre de Abigail, esposa de don Posh, quien agrega: -El primer caldo que sale, siempre se lleva al altar de la patrona, como símbolo de ofrenda. Luego se quema una bomba que significa que el caldo ya está listo”.
Y de boca en boca, como reguero de pólvora, se anunció:
¡Muchá,  ya está el caldo!  ¡Muchá,  ya está el caldo!
Y en breve, el gentío se aglomeró en el lugar, como jocoshero en mayo…
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Hubo varias actividades. Los desfiles no eran la excepción.
En una carroza iba la Reina saliente acompañada de un grupo de muchachos. Atrás, los niños de la escuela. Y luego, en desorden, el gentío alborozado.
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La danza, como siempre, empezó al pie del tronco, instalado en la plaza desde siete días antes. Por turno los voladores escalaron hasta la parte superior, donde había una pieza llamada bastidor o canasta, en la que se enrollaron gruesos lazos  de maguey, que los participantes aseguraron  a la cintura o a la parte alta de las piernas para lograr el vuelo en círculos, que se prolonga unos 15 minutos.
-En esta danza-dice tío Chema-, participan ocho voladores llamados moros y cristianos, arcángeles o sanmiguelitos, y cuatro monos o micos. Todos participan en el vuelo. Como ven, visten chaqueta y pantalón rojo, adornados con figuras de alas en la espalda y las mangas. Las máscaras de madera simulan  a un hombre adulto, lozano, de tez rosada y bigote.  Estas máscaras la hace el maestro carpintero Miguel Ángel Taracena.  Portan sombreros o coronas con plumas de colores. Una de las condiciones para participar en la danza es guardar abstinencia sexual 40 días previos a la fiesta patronal.
-Yo no aguantaría-, dice Juan Huista.
-¿Qué cosa? -, interroga Juan de Dios.
-Eso de la abstinencia.
-Así como sos vos, nada mano…
Todos ríen.
Y John  pregunta:
-¿Qué significado tiene la danza?
-Algunas personas relacionan este ritual con las antiguas  historias del Popol Wuj, libro sagrado de los quichés, que relatan la muerte de los 400 muchachos y de Zipacná, creador de las montañas. También la de los gemelos Humbatz y Hunchouén,  que quedaron volando entre las ramas de los árboles, convertidos en monos, por obra de los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué-, explica tío Chema.
Años después, John  escribiría: “Pobladores del municipio colocaron  un palo de unos 40 metros de altura frente a la iglesia parroquial, como parte de los preparativos de la presentación del Baile del Palo Volador, que se presentó del 24 al 26 de julio, con motivo de su feria en honor a  Santa Ana”.

-Para buscar el palo se pide a la Madre Naturaleza el visto bueno, luego de varias ceremonias y vigilas. El fuego sagrado nos dice si el palo que escogimos es el indicado-, agrega tío Chema.

Don Ismael Escobedo  afirma: “Para trasladarlo participan unos 400 hombres, lo que hace que el baile tenga relación con el Popol Wuj,  cuando habla que Zipacná se estaba bañando a orillas de un río cuando pasaron 400 muchachos cargando un gran trozo para construir su casa; al verlos tan agotados Zipacná decide ayudarles y sólo él cargó el árbol, lo que les causó miedo y decidieron matarlo, construyendo una zanja para que cuando pasara cayera y muriera. Pero al final, Zipacná mató a los 400 hombres, pues esperó tres días para que ellos se emborracharan  y no se dieron cuenta cuando salió y botó la casa sobre ellos; esto es lo que sucede con el rito, porque luego de llevarlo por los hombres se construye una zanja donde se coloca, se siembra y se utiliza durante tres días.

Se presentó los días  24, 25 y 26 de julio en horas de la tarde y el 26, día de la patrona, después de la misa y por la tarde.

Don Filomeno Hernández Domínguez, esposo de la toneca Sofía Morales,  explica a John: El argumento del baile de San Miguel —más conocido como del Palo Volador—, se identifica con el episodio de Hun Batz y Hun Chowen, del Popol Wuj, y la leyenda de Zipacná y los 400 muchachos.
La representación del ritual empieza cuando los hombres se dirigen a las montañas del pueblo para traer un palo de gran altura —un árbol que han cuidado muchos años atrás— el cual será colocado en la plaza central con ceremonias como la quema del pom antes de abrir el agujero, o la colocación de una arroba de carne de res y, sobre esta, colocar el palo.
Los participantes deben abstenerse de tener relaciones sexuales durante los 40 días antes y después de la ceremonia, y se prohíbe que las mujeres pasen sobre el palo, ya que se cree que es de mala suerte para los involucrados. Y peor si están en sus días…
-Muy interesante-, responde el estadounidense.

Al concluir el palo volador,  se presentó el  Baile del Torito.


“El Palo Volador-explica el historiador del pueblo- se celebra en distintos lugares de Guatemala.  Es una danza prehispánica que se mantuvo intacta durante la colonización.  El palo esta hecho de un árbol, en el cual se coloca en lo más alto, una estructura diseñada para que pueda girar.
Se enrollan dos cuerdas de las cuales dos de los “voladores” se sujetan y comienzan a girar de manera que van descendiendo hasta que  llegan hasta el suelo. Después cada uno de los bailadores se viste de mono y con movimientos chistosos bailan al compás de una marimba de tecomates”.
-Muy interesante-, dice John, mientras escribe.
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Tío Chema, lucía muy  bien. Vestía  su pantalón vaquero y su camisa de mangas largas.
-Miren esto-dijo, y se detuvieron  en el juego de tiro al blanco.  Había un mostrador y en la pared de enfrente una fila de patíos viejos prendidos en un cordel.  Cuando se le daba el balinazo, los patíos  se iban para atrás.
Tío Chema pidió un rifle y dio en el blanco.
-Chish, le zampa un balazo a una garza volando, cómo chingados va a fallar-, dijo Pedro Ixim.
A tío Chema le dieron  un soldadito de plástico de premio.
-Para qué putas-, protestó.



FUENTE: Huista: un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida.                 Guatemala, 26 de julio de 1994.

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