EL ESPANTO DEL CAMINO
FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista.
Elder Exvedi Morales Mérida. 1994
Todas las tardes retornaba a la aldea Monajil, procedente de Santa Ana Huista,
donde distribuía el milenario “guaro”, licor hecho a base de caña
de azúcar.
-No camine muy tarde don Suspiro Azadón,
estos días están jodidos. Lo
puede matar el ejército o la guerrilla. Ya
ve usté como está rejodida la situación -, le aconsejaba una anciana,
que era una de sus mejores clientes.
Era el año de 1981, la época más
sangrienta para Santa Ana Huista.
-¿Pa´ onde vá don Suspiro Azadón?
-Para
Huista-.*
-Ah,
entonces que se vaya mi patojo con usté, así se hacen compañía ambos dos.
-Está bien- , replicó el “cushero”.
El distribuidor del licor retornaba por la tarde o a altas horas de la noche,
alumbrándose con un manojo de ocote y
con la luz de la luna.
En esa época asesinaron a mucha gente, aún
así, se mantenía con la misma faena.
-Si me muero, muero trabajando -, decía
continuamente, cuando le aconsejaban ya no caminar a “altas horas”.
-Usté don Suspiro Azadón, ¿por qué no le da miedo caminar solo y muy
tarde? -, le preguntó una vez Juan
Huista.
-Porque tengo quien me cuide, es un cuate
bien calidá -, respondió orgulloso.
-¿Dios?
-No.
-¿Entonces quién?
-El policía que cuida el camino pa Monajil.
El siempre está allí parado y a veces me
encamina hasta mi ranchito -, explicó, viendo Juan Huista que había cambiado
de color, al oír la respuesta.
¿Un policía dice usté?
-Sí.
¿Usté no sabe quién es?
-No.
-A él lo mató la guerrilla antes que usté
viniera a vivir a Monajil, y sale a espantar a la gente.
El pobre Suspiro Azadón, al darse cuenta que siempre hablaba con un
difunto, sintió que el cuerpo no le respondía y cayó desmayado.
*La gente acostumbraba a decir pueblo o
Huista, no Santa Ana, posiblemente por ser sino el primer pueblo fundado por
los españoles, uno de los primeros de la región.
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