OFRENDA
A JACOBO ÁRBENZ GUZMÁN
Por
Elder Exvedi Morales Mérida 14 de septiembre de 1997
Recibe,
hermano
mío,
Soldado
del Pueblo,
este
puñado de versos,
este
humilde coro
de
pájaros ilusos…
Recibe,
amigo
mío,
Coronel
de la Primavera,
este
manojo de versos,
este
sendero tejido con estrellas,
esta
arboleda eterna
y
canora…
Es
cierto que siento
el
peso de la angustia
de
mi pueblo desamparado
que
aún no despierta
de
su letargo…
pero
vengo,
hermano
Jacobo Árbenz Guzmán,
a
depositar en el pensil de tu memoria
mi
canto recién inaugurado.
Sí,
lo
sé,
me
recordarás que la patria
¡Oh
coronel de la Primavera!
fue
golpeada arteramente
por
esas bestias disfrazadas
con
uniforme
de
primera comunión…
Pero
la historia,
hermano
mío,
ya
te absolvió.
Las
farsas,
las
mentiras
y
la historia prostituida
se han desvanecido.
Aunque
el maldito cáncer
se
esparció
y
vagabundeaba por todos los senderos
de
nuestra patria,
aún
hay sueños que soñar,
cantos
que cantar,
caminos
que edificar.
Sí,
me
dirás,
hermano
mío,
que
tantos sueños mutilados
aún
se mofan de nosotros,
pero
recuerda
que
perdimos la batalla
mas
no la guerra.
¡Aún
hay caminos que caminar!
Recibe
pues,
hermano
mío,
Soldado
del Pueblo,
Coronel
de la Primavera,
¡Bendito
hijo de Guatemala!
y
de la libertad,
mi
canto
de
marimba milenaria
e
incendiaria.
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