A JACOBO ÀRBENZ GUZMAN
Por
Elder Exvedi Morales Mérida. 14 de septiembre de 1995
Jacobo
Árbenz,
escucho
tu nombre
con
el corazón
y
canto
y
lloro.
Pronuncio
tu nombre
en
cada esquina
de
mi patria crucificada,
ensangrentada
y por los viles pisoteada.
De
pie,
ante
el pueblo huérfano,
que
continúa el camino al abismo,
con
su cruz a cuestas,
lloro
y
te evoco
y
maldigo tanta podredumbre.
Jacobo
Árbenz,
amante
de la libertad,
mira
al pueblo humillado
bajo
el mismo yugo;
mira
la geografía de la patria
atestada
de cruces.
Jacobo
Árbenz,
sé
que te duele
la
mudez del pueblo;
sé
que te mortifica su cobardía,
su
analfabetismo,
su
sordera
y
su ceguera,
y
por eso cantamos
por
la misma herida.
Pero
todo eso cambiará,
lo
sé,
me
lo dice la tierra,
me
lo dice el corazón,
y
entonces,
solo
entonces,
¡Oh
Soldado del Pueblo!
reiremos,
como
nunca lo hemos hecho,
y
volveremos,
compañero,
a
inaugurar,
nuevos
amaneceres.
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