miércoles, 31 de agosto de 2016

LA MUERTE DEL BUEN CIUDADANO

LA MUERTE DEL BUEN CIUDADANO
FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista.
Elder Exvedi Morales Mérida. 1994


Poco a poco, los pobladores se aglomeraron al rededor del cadáver.    
El mismo constató lo hechos.
Ahí estaba llorando con su sombrero de ala ancha, protegiéndose la cara de los rayos solares.
Luego, se cubrió el rostro con las manos, y murmuró entre sollozos:
“Era lo único que tenía”.

Todos lloraron.

-Quien no lo iba a querer.
-Tan bueno que era.
-Tan humilde.
-Tan obediente.
-Tan manso.

Todos lloriquearon de nuevo y preguntaban de quién podría ser el asesino.
Nunca se esclareció la verdad,  y el cadáver del buen burro, fue sepultado como si fuera un ilustre ciudadano.



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