LA FERIA PATRONAL DE SANTA ANA
HUISTA (VI)
FUENTE: Huista: un viaje a
través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida. Guatemala, 26 de julio de 1994.
Son las once de la mañana.
El canto de la chirimía se oye a
lo lejos, bajando por la vereda que conduce a Monajil. Los tambores grandes y
pequeños que cuelgan en las
espaldas cantan su boommm…borom bom booommm…borom
bom…
Dos palmeras altas y frondosas se ondean frente a la iglesia.
En el atrio, don Nelo es quien
tira los morteros al cielo para festejar
el gran día.
¡Ya viene Santiaguito con la
Virgen Santa Ana! Gritan los feligreses.
La tronazón de cohetes mancha el
cielo como el humo gris de la pólvora
que los hace estallar.
Doña Natividad Morales
Velásquez, hija de don Abraham y de doña Herminia, se tapa la cabeza al entrar a la iglesia.
Lleva un manojo de candelas de sebo entre sus manos, pues ella tiene la
costumbre de encenderle a la Virgen de Santa Ana una candela por cada hijo que parió. Siente alegría en su
corazón. Como siempre, le acompaña su esposo
Jorge Lemus.
La iglesia engalanada. Viste de blanco. Está
llena de cortinas de encaje colocadas cuidadosamente.
El atrio luce una alfombra verde
y olorosa y los niños se entretienen
haciendo gusanitos con los hilos de pino que se lanzan unos a otros.
Las campanas cantan: “Talán
tan…talán…tan…talán…talán tan…talán…taaannn…”
Hay júbilo. Talán
tan…talán…tan…talán…talán tan…talán…taaannn…
La fiesta florece. Talán
tan…talán…tan…talán…talán tan…talán…taaannn…
Todo listo para recibir a
Santiaguito y a Santa Ana.
No menos de dos mil peregrinos, entre promesantes y
tradicionalistas, acompañarán este año a Santiago en su recorrido desde
Santiago Petatán hacia Santa Ana Huista, como parte del inicio de las
festividades en honor a la patrona.
“Santiaguito”, a como lo llaman
con cariño, comienza a peregrinar el 23 de julio, recorrido que dura 3 días y
en los que las personas que acompañan al santo pasan miles de travesías al
tener que soportar agua, sol, viento, ríos y arroyos crecidos y otras
penalidades.
Santiago viste con un chaquetón rojo con botones
plateados, pantalón y camisa blanca, sombrero grande bordado de rojo, una cruz
de madera forrada de rojo y una espada de acero. Monta sobre un caballo blanco,
finalmente vestido con piteados de rojo en la silla, el frente pretal y un
collarín de cascabeles en su pecho. Todo esto para imitar la imagen del Apóstol
en sus apariciones en favor de los españoles contra los moros en su tierra.
-Me siento mal por no haber ido
al encuentro, pero el asma ya me tiene
mal-, se lamenta doña Natividad.
-No te preocupés mija,
Santiaguito y Santa Ana te comprenden-, le anima don Jorge.
Todo listo para recibir la
procesión.
Hay regocijo.
Canta con mayor entusiasmo la
chirimía.
¡Bienvenido a Huista, hermano
Santiaguito! Dicen todos.
Las campanas persisten en su
retozar sonoro: la misa pronto comenzará.
Santiaguito, que llega desde
Petatán, viene sonriente. Petatán es una
comunidad muy antigua que perdió su autonomía municipal el 11 de diciembre de
1935, cuando gobernaba Ubico.
Llega al fin Santiaguito, después del largo
viaje.
Muchos llegan de rodillas hasta
el altar que han preparado para la pareja.
La chirimía no calla, no cesa de
cantar.
Cantan alabanzas las rezadoras.
“Ha sido un gran cortejo. Es increíble ver cómo los feligreses se van
sumando durante el trayecto. De Petatán, de Jacaltenango, de San Antonio
Huista, de San José El Tablón, de Monajil y de muchas otras partes. Es
impresionante ver ese mar de personas que baja por la vereda…” declara doña Carmen Matamoros a un reportero de El
Huisteco.
Las muchachas con sus tapados en
la cabeza casi cubriéndose la cara, lucen vestidos vueludos de tafetán, se
hincan haciendo la señal de la cruz.
Los hombres indígenas, con sus
calzones blancos y camisas también de manta, se agachan quitándose el
sombrero. Así, entre bombazos, cantos,
música y júbilo, entró la procesión.
Las chinamas hechas con ramas,
bejucos y palos rollizos rodean el templo por sus cuatro costados, llenas de
gente comprando y vendiendo.
Por fin, las campanas detienen
su ensordecedor llamado y quedas
totalmente agotadas, afónicas y llenas
de armonía…
De vivos colores son los cordeles de papel de china picado que
adornan el salón parroquial.
John, que observó con mucho interés cuando las dos imágenes se encontraron en el
lugar denominado Buenos Aires La Sonrisa, desde donde se aprecia casi en su
totalidad la cabecera municipal y Pueblo Viejo, donde tuvo su primer
asentamiento Huista, tiene, como siempre, preguntas…
-Tío Chema, ¿quién fue
Santiago?-, interroga John, al mismo tiempo que prepara libreta y bolígrafo.
-Es un personaje muy
importante. Santiago viajó de Jerusalén
a tierras hispanas, donde predicó el Evangelio hacia el año 40 d. C. Fue
decapitado en Jerusalén y sus discípulos trasladaron sus restos al norte de
Galicia, donde lo enterraron. En el año 813, un pastor de Galicia vio estrellas
fugaces en el campo donde sepultaron al apóstol. De ahí se deriva el nombre de
Santiago de Compostela; es decir, Santiago del campo de la estrella.
De España pasó Santiago, en su
advocación de Matamoros, al Nuevo Mundo, como figura principal de su ejército,
no solo como apóstol y peregrino, sino también como caballero andante y soldado
al servicio de la fe. En la transposición —cambio de figura divina— de deidades
indígenas en territorio guatemalteco, Santiago corresponde a Cabracán, el que
mueve montañas, y Zipacná, el que mueve ríos.
No olvidemos estimado John que el 25 de julio de 1524 Pedro de Alvarado
fundó la primera ciudad de Guatemala, en Iximché. El nombre de Santiago de los
Caballeros de Goathemala lo conservaron las otras capitales, hasta el traslado
de la última y actual, en 1776, a la que se le bautizó Nueva Guatemala de la
Asunción.
Es patrón de localidades que
fueron bautizados con su nombre. Entre estos se encuentra Santiago Atitlán,
Santiago Coatepeque, Santiago Cubulco, Santiago de Guatemala (Antigua
Guatemala), Santiago Esquipulas, Santiago Ixcán, Santiago Jocotán, Santiago
Patzicía y Santiago Sacatepéquez.
En estos lugares, cada 25 de
julio las cofradías se encargan de los ritos y festejos, llenos de tradición,
algarabía y fe. En Cubulco, las dos cofradías que veneran a Santiago Peregrino
y Santiago a Caballo llevan en cortejo procesional a las dos imágenes, que se
unen en cierto punto. En ese lugar personajes de moros, cristianos y ángeles
participan en la danza del Palo Volador, como se hace aquí.
Santiago es el patrono de
España, ya que, según la tradición, con su auxilio celestial y su aparición fue
posible vencer a las huestes de moros en la batalla de Clavijo, Asturias. Fue
el primer obispo de Jerusalén y el primer mártir de los apóstoles. Herodes Agripa, nieto de Herodes El Grande,
lo mandó a decapitar. Se descubre el
sepulcro del apóstol en Compostela, Galicia. Se cree que sus restos fueron
llevados a España el 25 de julio del 44. Se manifiesta el apóstol por primera
vez a caballo y con espada en la batalla de Clavijo, entre moros y cristianos, en Asturias.
-Muy interesante. Y de la virgen
Santa Ana, ¿qué me puede contar tío Chema?
-Santa Ana, casada con Joaquín,
fue la madre de María y por tanto la abuela de Jesús de Nazaret. El nombre es
conocido en hebreo y árabe como Hannah. Todo lo que se conoce sobre su vida,
incluso su nombre, está basado en los Evangelios apócrifos, no admitidos por la
Iglesia dentro de sus libros canónicos. Según estos, santa Ana era natural de
Belén. Sus padres eran Mathan y Emerenciana. Descendía del rey David y de Leví.
Joaquín y Ana eran una pareja acomodada, pero estéril. Joaquín fue rechazado al
llevar su ofrenda al templo por no tener descendencia. Apenado, Joaquín no
volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña, donde rogó a Dios que le
diera un hijo ayunando durante 40 días y 40 noches; Ana, mientras tanto,
lloraba su dolor. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando
que sus ruegos habían sido escuchados y que concebirían un hijo. Ana prometió
dedicar al niño al servicio de Dios y cumplidos los nueve meses dio a luz a una
niña a la que llamó Miriam o María. Al
cumplir los tres años, Joaquín y Ana llevaron a María al templo para
consagrarla a Dios como habían prometido. María vivió en el templo hasta que
cumplió los 12 años, edad en la que fue entregada a José como esposa. Una ixtía
todavía. Ana es patrona de Bretaña y de muchas ciudades en diversos países, así
como patrona de las mujeres trabajadoras y de los mineros, pues se considera a
Jesús el oro y María la plata. También es patrona de las mujeres embarazadas a
la hora del parto. Y, por supuesto, es
nuestra patrona.
-Muy interesante-, dice el
estadounidense.
FUENTE: Huista: un viaje a
través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida. Guatemala, 26 de julio de
1994.
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