EL PESO DE LA CULPA
Autor: Elder Exvedi Morales
Mérida. (29-10-2010)
A mi hermano Rodrid Adalid.
Se desarrolla en una
sala ostentosa. En centro izquierda,
puerta a calle; en centro derecha, puerta a cocina y a habitaciones. Se escucha alguna canción de moda. Al abrirse el telón, Nila, empleada
doméstica, huye de Nesho, también sirviente. De fondo la obra musical Romeo y
Julieta, de Tchaikovsky.
ELENCO ARTÍSTICO EN
ORDEN DE APARICIÓN:
NILA (Empleada
doméstica)
NESHO (Sirviente.
Dentadura incompleta. Es un personaje
divertido. Usa una gorra vieja)
ARMANDO: (Hermano de
Juan de Dios. 40 años. Viste traje
completo. Empresario)
JUAN DE DIOS (35 años.
Viste traje completo. Mustio, triste)
LOLO: (30 años.
Moreno. Es el mayordomo)
CELESTE: (28 años.
Alta, delgada. Bella. Académica. Maquillada. Luce vestido de gala)
ACTO I
ESCENA 1
NILA: (Amenazando con
una escoba) Nesho, se me acerca más y lo garroteo.
NESHO: Lo escobeo,
dirá, mi pior es nada.
NILA: Mi pior es nada
será la guayaba. Yo y usté no somos nada. Nanais Nesho.
NESHO: ¿Y usté cree que
yo soy fácil y que me entrego así por así?
NILA: Con esa tal
Petronila si es un regaladote.
NESHO: ¿Está celosa
vaaa mi Nila?
NILA: Mí, será, usté
sholco atarantado.
NESHO: Tampoco sea tan
diunavez conmigo.
NILA: ¿Cómo así?
NESHO: Toda
despeltrada.
NILA: Me vuelve a decir
despeltrada y le doy un pico.
NESHO: ¿Un qué?
NILA: No, nada. (Al
público) Zonzo y sordo.
NESHO: ¿Qué dice?
NILA: Nada.
NESHO: Quien no nada,
se ahoga.
NILA: Chiflado. Mejor
vaya a ver si ya puso la cocha porque yo tengo mucho que hacer, y solo viene a
quitar mi tiempo. Ojalá viniera a algo
bueno…
NESHO: Vengo, lo que
pasa que usté solo babosadas es.
NILA: No diga malas
palabras pué.
NESHO: Ta bueno pué.
NILA: Okey.
NESHO: Pues sí…
NILA: Pues si ¿qué?
NESHO: No sea desabrida
y hágame suyo.
NILA: Pero usté no se
anima.
NESHO: Lo que pasa es
que tampoco voy a ser fácil.
NILA: Entonces váyase
para allá con la consiama…
NESHO: ¿Qué consiama?
NILA: La consiama.
NESHO: Ah, la consiama.
NILA: Esa despeltrada
de la consiama.
NESHO: Pero no la trate
así.
NILA: ¿A quién?
NESHO: A la consiama.
NILA: Ah, esa consiama.
NESHO: Pues sí.
NILA: Pues no.
NESHO: Pues no pué.
NILA: A usté no se le
entiende nada.
NESHO: (Se le acerca.
La toma de la cintura) Usté sí que es lamida.
NILA: ¿Por qué lo dice?
NESHO: Porque me tiene
cacheteando el pavimento.
NILA: Ya va a comenzar
a decir sus versos.
NESHO: Si por usté me
volví poeta.
NILA: Le voy a
adelantar un beso y mañana sí le cumplo.
NESHO: Tacaña que es.
Un beso es poco. Usté todo lo da por abonos.
NILA: Tiene razón mi
pior es nada. Venga pue. (Va, cuando entra Armando)
ARMANDO: (Entrando)
¿Qué pasa aquí?
NESHO: Na, na, nada.
NILA: (A Nesho)
Tartajo. (A Armando) Nada don Armando. Solo jugábamos de tenta.
ARMANDO: (Consultando
su reloj) ¿Ya está el almuerzo?
NILA: No, pero ya
merito.
ARMANDO: Ve a la
cocina, termina con tus quehaceres, y
deja de perder el tiempo.
NILA: Lo que usté
ordene don Armando. (A Nesho) Vamos.
(Salen)
ARMANDO: (Marcando el
teléfono) Aló, ¿Con Celeste? (Escucha) He querido hablar con Juan de Dios, y él me esquiva. No sé qué le sucede.
(Escucha) Siempre fue así. Un muro nos ha dividido siempre. (Escucha) Es mi
hermano y lo quiero. (Escucha) ¿A mí? (Escucha) Yo tengo que irme y quiero
reconciliarme con mi hermano. (Escucha) Es un viaje, un viaje… (Escucha) No
quiero darte detalles de mi viaje, discúlpame. (Escucha) Aquí estoy demás. Soy
un estorbo. Nada tengo que hacer. (Escucha) Gracias, pero no... (Escucha) Dile
que quiero hablar con él. (Escucha) Bueno, si él así lo quiere, ya no
insistiré. (Escucha) Dile que es mi hermano y que lo quiero. Que le deseo lo
mejor, y que sea feliz. (Escucha) No, ya
es tarde. Sean felices. Cuídalo por
favor. Dile que lo quiero y que perdone si alguna vez lo ofendí y que siempre
quise saber por qué un maldito muro nos dividió. (Escucha) El no ha querido
hablar conmigo. Siempre que lo busco, me elude y huye de mí. (Escucha) Me hubiera
gustado reconciliarme con él, para que mi viaje no sea tan triste, para que mi
despedida no sea tan terrible… (Escucha) No, no quiero con nadie más que no sea
mi hermano. (Escucha) Te agradezco, pero no. (Escucha) Por favor, te lo repito:
dile que lo quiero y que, por favor, sea feliz. (Escucha) Adiós.
CAE TELÓN
ACTO II
ESCENA I
La misma sala
ostentosa. Un ramo de rosas sobre mesa
de centro. En derecha abajo, una mesa,
y, sobre ella, una botella de vino, con su respectiva copa. En centro izquierda, puerta a calle; en
centro derecha, puerta a cocina y a habitaciones. De fondo la obra musical Romeo y Julieta, de
Tchaikovsky. Al abrirse el telón, Juan
de Dios, de pie, en derecha abajo. Bebe vino.
LOLO: (Entrando) Don
Juan de Dios, disculpe la molestia.
JUAN DE DIOS:
(Irritado. Da un puñetazo a la mesa)
¿Qué quieres? ¿No te ordené que me dejaras solo?
LOLO: Es que su
prometida, la señorita Celeste lo busca.
JUAN DE DIOS: Dile que
no estoy. (Bebe otra copa)
LOLO: Pero es que…
JUAN DE DIOS: Déjame
solo.
LOLO: Entonces…
CELESTE: (Entrando)
¿Por qué me esquivas? ¿Por qué te alejas de mí?
LOLO: Compermiso. (Hace
mutis)
JUAN DE DIOS: Déjenme
solo. No quiero saber de nada ni de nadie.
CELESTE: ¿Y tampoco de
mí?
JUAN DE DIOS: Tampoco.
(Pausa) Sé feliz.
CELESTE: La muerte de
tu hermano lo cambió todo. Antes eras amoroso, tierno, detallista y, ahora…
JUAN DE DIOS: Ahora
soy, tan solo, una piltrafa humana. (Inclina la cabeza) Llevo sobre mis hombros
una cruz negra, pesada, terrible.
(Viéndose las manos) Mis manos
están manchadas de sangre (Se las limpia simbólicamente en su traje) Mi conciencia está tachonada de una música
amarga, fúnebre, maldita. (Se sirve otra copa. Bebe con avidez)
CELESTE: Ya no tomes,
el vino en nada te ayudará.
JUAN DE DIOS: El se
sentía en un callejón sin salida, y yo me quedé de brazos cruzados y guardé
silencio, cuando debí haberle
preguntado: Hermano, ¿qué te pasa? ¿En qué puedo ayudarte? Pero no, mi maldita indiferencia fue el enorme
muro que nos separó. (Pausa) El estaba
solo, solo, muy solo.
CELESTE: (Acercándose,
le toma la mano. El se aleja) Permíteme ayudarte.
JUAN DE DIOS: (A
izquierda abajo) No, ahora yo estoy en un callejón sin salida y no quiero saber
nada del mundo. El peso de la culpa me ha robado la sonrisa, ha marchitado mis
sueños, ha hecho trizas mi fe, y mi vida es ahora tan solo una hoja seca que
el viento arrastra sin misericordia al peor de los abismos.
CELESTE: Tú no tienes
la culpa de su muerte.
JUAN DE DIOS:
(Irritado) Sí la tengo, porque pude haber salvado su vida. Era mi hermano, ¿lo
entiendes? Era mi hermano, era mi
hermanito…
CELESTE: El tomó la
aciaga decisión de jalar el gatillo y de…
JUAN DE DIOS: Cállate,
cállate, ya no quiero seguir escuchándote. El pasado es una maldita noche que
me hunde su puñal tenebroso, y solo
quiero cerrar mis ojos, quiero irme ya.
CELESTE: Si te sientes
culpable, seguramente Dios y él te han perdonado.
JUAN DE DIOS: Dios y él
sí, mas no yo. Yo jamás me perdonaré porque pude haber salvado al único
familiar que me quedaba y…
CELESTE: No eres
culpable.
JUAN DE DIOS: Era mi
hermano, era mi hermano. (Va hacia habitaciones)
CELESTE: ¿Qué haces?
Espérame. (Va tras él. Se oye un disparo) Nooooooooooo
(Se oye, de nuevo,
Romeo y Julieta, de Tchaikovsky, en crescendo)
CAE TELÓN
FIN
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