martes, 31 de mayo de 2016

EL PESO DE LA CULPA

EL PESO DE LA CULPA
Autor: Elder Exvedi Morales Mérida. (29-10-2010)
A mi hermano  Rodrid Adalid.

Se desarrolla en una sala ostentosa.  En centro izquierda, puerta a calle; en centro derecha, puerta a cocina y a habitaciones.  Se escucha alguna canción de moda.   Al abrirse el telón, Nila, empleada doméstica, huye de Nesho, también sirviente. De fondo la obra musical Romeo y Julieta, de Tchaikovsky.

ELENCO ARTÍSTICO EN ORDEN DE APARICIÓN:
NILA (Empleada doméstica)
NESHO (Sirviente. Dentadura incompleta.  Es un personaje divertido. Usa una gorra vieja)
ARMANDO: (Hermano de Juan de Dios.  40 años. Viste traje completo. Empresario)
JUAN DE DIOS (35 años. Viste traje completo. Mustio, triste)
LOLO: (30 años. Moreno.  Es el mayordomo)
CELESTE: (28 años. Alta, delgada. Bella. Académica. Maquillada. Luce vestido de gala)

ACTO I
ESCENA 1

NILA: (Amenazando con una escoba) Nesho, se me acerca más y lo garroteo.
NESHO: Lo escobeo, dirá,  mi pior es nada.
NILA: Mi pior es nada será la guayaba. Yo y usté no somos nada. Nanais Nesho.
NESHO: ¿Y usté cree que yo soy fácil y que me entrego así por así?
NILA: Con esa tal Petronila si es un regaladote.
NESHO: ¿Está celosa vaaa mi Nila?
NILA: Mí, será, usté sholco atarantado.
NESHO: Tampoco sea tan diunavez conmigo.
NILA: ¿Cómo así?
NESHO: Toda despeltrada.
NILA: Me vuelve a decir despeltrada y le doy un pico.
NESHO: ¿Un qué?
NILA: No, nada. (Al público) Zonzo y sordo.
NESHO: ¿Qué dice?
NILA: Nada.
NESHO: Quien no nada, se ahoga.
NILA: Chiflado. Mejor vaya a ver si ya puso la cocha porque yo tengo mucho que hacer, y solo viene a quitar mi tiempo.  Ojalá viniera a algo bueno…
NESHO: Vengo, lo que pasa que usté solo babosadas es.
NILA: No diga malas palabras pué.
NESHO: Ta bueno pué.
NILA: Okey.
NESHO: Pues sí…
NILA: Pues si ¿qué?
NESHO: No sea desabrida y hágame suyo.
NILA: Pero usté no se anima.
NESHO: Lo que pasa es que tampoco voy  a ser fácil.
NILA: Entonces váyase para allá con la consiama…
NESHO: ¿Qué consiama?
NILA: La consiama.
NESHO: Ah, la consiama.
NILA: Esa despeltrada de la consiama.
NESHO: Pero no la trate así.
NILA: ¿A quién?
NESHO: A la consiama.
NILA: Ah, esa consiama.
NESHO: Pues sí.
NILA: Pues no.
NESHO: Pues no  pué.
NILA: A usté no se le entiende nada.
NESHO: (Se le acerca. La toma de la cintura) Usté sí que es lamida.
NILA: ¿Por qué lo dice?
NESHO: Porque me tiene cacheteando el pavimento.
NILA: Ya va a comenzar a decir sus versos.
NESHO: Si por usté me volví poeta.
NILA: Le voy a adelantar un beso y mañana sí le cumplo.
NESHO: Tacaña que es. Un beso es poco. Usté todo lo da por abonos.
NILA: Tiene razón mi pior es nada. Venga pue. (Va, cuando entra Armando)
ARMANDO: (Entrando) ¿Qué  pasa aquí?
NESHO: Na, na, nada.
NILA: (A Nesho) Tartajo. (A Armando) Nada don Armando. Solo jugábamos de tenta.
ARMANDO: (Consultando su reloj) ¿Ya está el almuerzo?
NILA: No, pero ya merito.
ARMANDO: Ve a la cocina,  termina con tus quehaceres, y deja de perder el tiempo.
NILA: Lo que usté ordene don Armando.  (A Nesho) Vamos. (Salen)
ARMANDO: (Marcando el teléfono) Aló, ¿Con Celeste? (Escucha) He querido hablar con Juan de Dios,  y él me esquiva. No sé qué le sucede. (Escucha) Siempre fue así. Un muro nos ha dividido siempre. (Escucha) Es mi hermano y lo quiero. (Escucha) ¿A mí? (Escucha) Yo tengo que irme y quiero reconciliarme con mi hermano. (Escucha) Es un viaje, un viaje… (Escucha) No quiero darte detalles de mi viaje, discúlpame. (Escucha) Aquí estoy demás. Soy un estorbo. Nada tengo que hacer. (Escucha) Gracias, pero no... (Escucha) Dile que quiero hablar con él. (Escucha) Bueno, si él así lo quiere, ya no insistiré. (Escucha) Dile que es mi hermano y que lo quiero. Que le deseo lo mejor,  y que sea feliz. (Escucha) No, ya es tarde.  Sean felices. Cuídalo por favor. Dile que lo quiero y que perdone si alguna vez lo ofendí y que siempre quise saber por qué un maldito muro nos dividió. (Escucha) El no ha querido hablar conmigo. Siempre que lo busco, me elude y huye de mí. (Escucha) Me hubiera gustado reconciliarme con él, para que mi viaje no sea tan triste, para que mi despedida no sea tan terrible… (Escucha) No, no quiero con nadie más que no sea mi hermano. (Escucha) Te agradezco, pero no. (Escucha) Por favor, te lo repito: dile que lo quiero y que, por favor, sea feliz. (Escucha) Adiós.
CAE TELÓN

ACTO  II
ESCENA I
La misma sala ostentosa.  Un ramo de rosas sobre mesa de centro. En derecha abajo, una mesa,  y, sobre ella, una botella de vino, con su respectiva copa.  En centro izquierda, puerta a calle; en centro derecha, puerta a cocina y a habitaciones.  De fondo la obra musical Romeo y Julieta, de Tchaikovsky.   Al abrirse el telón, Juan de Dios, de pie, en derecha abajo. Bebe vino.


LOLO: (Entrando) Don Juan de Dios, disculpe la molestia.
JUAN DE DIOS: (Irritado. Da un puñetazo  a la mesa) ¿Qué quieres? ¿No te ordené que me dejaras solo?
LOLO: Es que su prometida, la señorita Celeste lo busca.
JUAN DE DIOS: Dile que no estoy. (Bebe otra copa)
LOLO: Pero es que…
JUAN DE DIOS: Déjame solo.
LOLO: Entonces…
CELESTE: (Entrando) ¿Por qué me esquivas? ¿Por qué te alejas de mí?
LOLO: Compermiso. (Hace mutis)
JUAN DE DIOS: Déjenme solo. No quiero saber de nada ni de nadie.
CELESTE: ¿Y tampoco de mí?
JUAN DE DIOS: Tampoco. (Pausa) Sé feliz.
CELESTE: La muerte de tu hermano lo cambió todo. Antes eras amoroso, tierno, detallista y, ahora…
JUAN DE DIOS: Ahora soy, tan solo, una piltrafa humana. (Inclina la cabeza) Llevo sobre mis hombros una cruz negra, pesada, terrible.  (Viéndose las manos)  Mis manos están manchadas de sangre (Se las limpia simbólicamente en su traje)  Mi conciencia está tachonada de una música amarga, fúnebre, maldita. (Se sirve otra copa. Bebe con avidez)
CELESTE: Ya no tomes, el vino en nada te ayudará.
JUAN DE DIOS: El se sentía en un  callejón sin salida,  y yo me quedé de brazos cruzados y guardé silencio, cuando debí  haberle preguntado: Hermano, ¿qué te pasa? ¿En qué puedo ayudarte?  Pero no, mi maldita indiferencia fue el enorme muro que nos separó.  (Pausa) El estaba solo, solo, muy solo.
CELESTE: (Acercándose, le toma la mano. El se aleja) Permíteme ayudarte.
JUAN DE DIOS: (A izquierda abajo) No, ahora yo estoy en un callejón sin salida y no quiero saber nada del mundo. El peso de la culpa me ha robado la sonrisa, ha marchitado mis sueños,   ha hecho trizas mi fe,  y mi vida es ahora tan solo una hoja seca que el viento arrastra sin misericordia al peor de los abismos.
CELESTE: Tú no tienes la culpa de su muerte.
JUAN DE DIOS: (Irritado) Sí la tengo, porque pude haber salvado su vida. Era mi hermano, ¿lo entiendes?  Era mi hermano, era mi hermanito…
CELESTE: El tomó la aciaga decisión de jalar el gatillo y de…
JUAN DE DIOS: Cállate, cállate, ya no quiero seguir escuchándote. El pasado es una maldita noche que me hunde su puñal tenebroso,  y solo quiero cerrar mis ojos, quiero  irme ya.
CELESTE: Si te sientes culpable, seguramente Dios y él te han perdonado.
JUAN DE DIOS: Dios y él sí, mas no yo. Yo jamás me perdonaré porque pude haber salvado al único familiar que me quedaba y…
CELESTE: No eres culpable.
JUAN DE DIOS: Era mi hermano, era mi hermano. (Va hacia habitaciones)
CELESTE: ¿Qué haces? Espérame. (Va tras él. Se oye un disparo) Nooooooooooo
(Se oye, de nuevo, Romeo y Julieta, de Tchaikovsky, en crescendo)

CAE TELÓN
FIN



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