jueves, 30 de abril de 2015

POHXUHEW

POHXUHEW
Por Elder Exvedi Morales Mérida (1995)


Amaneció. El sol alumbraba sutilmente.
Es 14 de septiembre, un día especial, muy especial.

-Bienvenidos, que bueno que madrugaron-, dijo don Santiago Huitz-taj.
-Gracias-, respondieron tío Chema, Juan de Dios, John, Juan Huista y Pedro Ixim.

Don  Santiago Huitz-taj, anciano de 115 años de edad, continuó saludando a todos los presentes.

-Un día como hoy,  nació  en  Quetzaltenango  don Jacobo Árbenz Guzmán-, recordó tío Chema.
Y agregó: El soldado del pueblo fue electo presidente de la república, para el período 1951-1957, en noviembre de 1950, obteniendo el 68.64% del total de los votos emitidos. Quiso construir una mejor Guatemala, pero los judas, los vendepatrias no lo permitieron, y hasta lo humillaron y echaron del país. Y en nuestro pueblo también vemos a tantos judas, a tantos parásitos…

Shushcatal,  Shushquej y Shushmac que ahora ejecutan ocarinas recién hechas, ofrecen una música alegre. De la garganta de cada ocarina brotan gorjeos, trinos, canturreos, murmullos y retazos de júbilo indescriptible.

Shushquej o Jesús Gaspar recién ha cumplido 99 años de edad, y comenzó a ejecutar chirimía, ocarina, marimba de tecomates, tun, tzicolaj, tzu y guitarra a los  8 años.

El rancho donde se celebra la Pohxuhew o fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos está engalanado con hojas de pacaya y pino.

En medio del rancho, una olla grande que contiene tamalitos de frijol.
He ahí pues Shushcatal,  Shushquej y Shushmac   tocando la ocarina mientras esperan que los tamalitos de frijol entero se cuezan.

Don Santiago Huitz-taj ha regresado a conversar con sus invitados especiales: Tío Chema, Juan Huista, Pedro Ixim, Juan de Dios y John.
-De una a cinco de la mañana estuvo tocando la marimba de sones de don Francisco Méndez-, dice don Santiago.
-Muy buena marimba-, reconoce tío Chema.

Los demás rezan:

Gracias Madre Tierra
por darnos tu amor,
gracias por los frutos
que nos dan vida.
Gracias al Creador.

Gracias por la Madre Maíz,
por el teosinte sagrado;
por el sustancioso frijol
y por todos aquellos frutos
con que nos alimentas,
Madre Tierra.

Gracias, porque en tus surcos
recogemos muy agradecidos
el sagrado alimento
para que nuestra raza
se multiplique  y eternice.


De la garganta de cada ocarina seguían germinando  cantares, gorjeos, canturreos, susurros y cosmos de gozo inefable.

“Ni Antonio Vivaldi pudo describir a través de su música la belleza de la primavera”, escribió  años después Juan de Dios en The  New York Times.

-Ya están hirviendo-, dijo la más anciana de las mujeres.

Y al unísono se escuchó la siguiente plegaria:
Te damos gracias Creador
y te rogamos humildemente
que nunca nos desampares
y que la Madre Tierra
siempre nos prodigue
el sagrado sustento.


 Al cocerse los tamalitos de frijol entero, Shushquej o Jesús Gaspar hizo estrellar su ocarina fresca  contra la olla, y las ancianas comenzaron a sacar los tamalitos,  llamados también como  “tamalitos del ocho”. Repartieron los exquisitos tamalitos y los hombres más viejos se encargaron de distribuir pozol endulzado con panela en sendas jícaras.

 Don Santiago Huitz-taj fue a colocar con gran respeto el primer tamalito a un altar,  juntamente con una jícara de pozol.
Shushquej y Shushmac   también depositaron sus ocarinas en el altar oloroso a pom, a incienso, a ocote y a candela. 


Shushquej recogió su ocarina deshecha. La envolvió en doblador  y con respeto fue a  enterrarla al pie de un árbol de hormigo o palo de marimba, el cual, al instante, se llenó de pájaros que, con sus múltiples gorjeos, también celebraron con los habitantes del lugar.

-Es impresionante-,  manifestó John, el estadounidense que, años después, escribiría sobre todo lo que aconteció durante su estancia en Santa Ana Huista.

Un anciano llamado Domitilo ofreció aguardiente.
Y muchos bebieron.
-Rica la cusha-, reconoció John.

Y una anciana, en poptí,  se refirió a él:
“Qué bueno que el gringo conozca nuestras tradiciones y costumbres. Y que las respete, por supuesto”.
(Kawk’ultaheb’ naj  gringo chohtajnheheb’ najkob’eyba’lb’ojtzetjehik’oj.
Yilalsxikiltajnhenheb’ naj.)


Cuando las ocarinas dejaron de prodigar su música placentera, comenzó de nuevo a derramar sus sones  la marimba  fundada y dirigida por  don  Francisco (Chico)  Méndez,  e  integrada por don Emeterio Crisanto  Méndez, Nazario Recinos, Gaspar Recinos, Gaspar Méndez, Guadalupe Pérez, Juan Pedro Pérez, Martín Julián Pérez y  Juan Castillo.                             Algunos  le llamaban  “La Marimba  de  los Gaspares”,  otros, “Marimba  de  los  Cashpares”.  

-Don Santiago Huitz-taj, ¿puede usted explicarnos todo lo referente a esta celebración?-, solicitó John.

-Claro que sí, amigo, con mucho gusto. Pohxuhew: es la fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos. En el Calendario Maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox, en uno de los días del mes de agosto o primera quincena de septiembre generalmente, como lo estamos haciendo hoy 14, del mes patrio.

Años después,  Juan de Dios, en una de sus columnas en The  New York Times, escribió al respecto: “Pohxuhew: es la fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos. En el Calendario Maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox, en uno de los días del mes de agosto o primera quincena de septiembre generalmente. Es una fiesta hogareña que consiste en cocer tamalitos de frijol entero, las personas rodeadas alrededor del fuego tocan la ocarina mientras esperan que se cuezan; al cocerse, hacen estrellar una ocarina fresca  contra la olla y comienzan a sacar los tamalitos; a estos tamalitos les llaman “tamalitos del ocho”).
Fiesta de agradecimiento por los primeros productos de los cultivos. En el calendario maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox (13 Tox), en uno de los días del mes de agosto o primera quincena de septiembre, generalmente”.

Tío Chema, Juan de Dios, John, Juan Huista y Pedro Ixim regresaron muy alegres cuando la noche comenzaba a caer, ese 14 de septiembre inolvidable, sobre todo, para John, el gringo amigo, como decía la gente de Huista…

*Agradecimiento especial a don Pascual Mendoza por narrar parte de esta festividad.

FUENTE: Huista: Un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida.                                                                                           
Guatemala, septiembre de  1995.      

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