miércoles, 26 de octubre de 2016

EL ESPANTO

EL ESPANTO
Huista: Un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida. 1994.


Floreció el cuarto día, desde el retorno al terruño.
Me levanté tarde, a pesar de que estuve despierto desde las primeras luces del alba. El reloj marcaba las ocho, recordaría muchos años después  el  santaneco que había retornado a Huista.
Antes del almuerzo, que se había preparado en una gran mesa bajo la sombra de los sabinos, dispusieron bañarse.

-Démonos un chapuzón-, invita Juan de Dios.
El agua estaba gélida, fría y transparente.
“Si el río Huista hablara amigos…”, dice tío Chema, con misterio...
-Tiene razón tío Chema-, reconoce Juan Huista.

Una vez-cuenta tío Chema-, cuando Rufina era patoja, vino a bañarse a esta poza, y sucedió que mientras se desvestía, la figura erguida de una mujer emergió de las gélidas aguas.  La joven era blanca, bella, y un velo de encaje blanco cubría su cabeza y se extendía sobre su cuerpo. Era como una novia en desfile nupcial.  La mujer estaba de pie. Se escuchaba al principio un sollozo. Era casi imperceptible. Y Rufina temblaba de miedo. Un frío le sacudió la espalda. Sentía gruesa la lengua y le impedía articular palabra. Los pies estaban pesados y no podía moverlos. Permaneció como estatua la pobre patoja.

De pronto, Luisa llegó a buscarla y la mujer del agua desapareció. Si Luisa no hubiera llegado, no sé qué hubiera pasado con Rufina.
Cuando mi patoja me contó lo sucedido, le dije que en este lugar siempre espantaba esa muchacha, que no era más que la hija de un mi compadre que estaba enamorada y tenía preparado todo para casarse. Su novio tuvo que irse a prestar servicio militar a Guatemala, por ordenes de don Jorge Ubico, y como el muchacho nunca volvió porque murió, ella, desconsolada, se lanzó al río vestida de novia y dejó que las aguas la cubrieran. Nunca apareció su cuerpo y se le aparece a las mujeres solteras, como le sucedió a Rufina.

-Muy interesante-, expone John, mientras anota en su libreta.

Huista: Un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida. 1994.


NOTA DEL AUTOR: El lugar aludido se ubica cerca de donde vivió doña Andrea Rivas, hermana de la escritora y educadora Lucinda, y esposa de don Esteban Antonio Castillo López, uno de los líderes que luchó por el desanexo de Santa Ana Huista.

El sobrenombre de “Coyote”

El sobrenombre de “Coyote”

“Era la mañana del Viernes Santo de 1905.
El astro rey despilfarraba sus rayos abrasadores.

A primeras horas de la mañana, los romeristas se acercaban de rodillas a venerar   la imagen de Jesús Nazareno.

A las siete de la mañana,  Mateo Vicente y Zacarías, trabajadores de tío Chema, descubrieron el cadáver de una res, e inmediatamente dieron aviso a su patrón.

Después de un buen rato, solicitaron les diera el cuero en calidad de regalo, y tío Chema accedió gustoso.

-No tengan pena muchá, agárrense la vaca-, respondió, esbozando una sonrisa enigmática…


De inmediato, tomaron cuchillos y empezaron a desnudar la res, asesinada por el mango verde…

Cinco tonecos que iban de rodillas a reverenciar la imagen milagrosa y legendaria de Jesús Nazareno, se percataron de lo sucedido con la vaca, Mateo Vicente y Zacarías.

-¡Qué brutos! Cómo van a comer carne en este día santo-, exclamaron,  y enseguida se santiguaron.

Y la toneca Jacinta López, agregó: ¡Parecen coyotes!

Desde ese instante,  cada santaneco fue bautizado con el apodo  de “Coyote”. 
(Fragmento. Ver más en Huista: un viaje a través del tiempo. Morales Mérida, Elder Exvedi. 1994)


NOTA: Se escribió en base a una entrevista realizada en 1994 a los señores Filomeno Hernández Domínguez, ex secretario municipal; Alejandro López Lemus, ex tesorero municipal; y Austreberto Gonzáles Morales, ex alcalde municipal. 

miércoles, 19 de octubre de 2016

ALGUNAS TRADICIONES DE SANTA ANA HUISTA

ALGUNAS TRADICIONES DE SANTA ANA HUISTA
FUENTE: Historia de Santa Ana Huista. Elder Exvedi Morales Mérida. 1997.

1.      Si hay tormenta, hay que hacer una cruz en la tierra con ceniza. En Huista, por ejemplo, es normal ver a los patojos desnudos en las calles cuando hay tormenta, haciendo cruces con ceniza en la tierra. Se ve al gruisero desnudo de un lado a otro. Es algo raro, pues no lo he visto en otra parte. También la gente se arrodilla a rezar y a quemar las cruces de palma que bendice el sacerdote en Semana Santa, y con la ceniza también se hacen cruces.
2.      En Semana Santa no se permite ir a bañarse al río el Viernes Santo, para no volverse pescado.            Por eso, ese día, el río Huista se queda solo, muy solo. El Sábado de Gloria se les da nalgadas a los güiros para que crezcan y no sean enanos o chaparros. Pero como muchos no lo creen y no lo hacen, mirás a tanto patojo purrunquito, mulcatío, chiquito de una vez.
3.      Es también de buen agüero el que las avispas o las abejas lleguen a la casa a construir su panal.          
4.      Si una mosca persigue con necedad, es señal de que se va a recibir correspondencia. Cuando zumba por los oídos, si es pequeña, es que una mujer  desea hablarle a quien lo persigue. Si se le mete a uno en el oído izquierdo, alguien está hablando mal de uno, si es el  derecho, alguien habla muy bien de uno.
5.      Ver una mariposa negra pegada  en la pared de algún dormitorio, es de mal agüero, indica enfermedad o la muerte de algún aquejado, como ya te lo dije. 
6.      Ver una araña muy tempranito, avisa que se recibirá algún dinero, si le cae a uno en cualquier parte del cuerpo, señala buena suerte.
“En cuanto a adivinación, podemos pasar mucho tiempo. Fijate que algunos indígenas emplean varios medios para predecir el futuro y leer el pasado. Son listos. Al hacer la pregunta, mentalmente el adivino  se concentra hasta que obtiene de un grano de arroz la respuesta. El agorero tiende en el suelo un pañuelo rojo y pasa sobre él a un gato negro. Después, levantaba el pañuelo y lee las respuestas.
Cuando los chuchos ladran mucho, es porque miran cosas o a  almas en pena.                                                    Nosotros los católicos, por eso nos persignamos o invocamos a toda la corte celestial  a cada raro.                           Dicen que miran cosas porque tienen en los ojos unas como telitas especiales. Conocimos a un muchacho que solo bolo se mantenía. Cuando escuchó que los chuchos miran cosas que nosotros no vemos, le arrancó esas telitas a un chucho y se las puso en los ojos. Y el pobre se puso loco. Iba de calle en calle hablando con supuestos personajes”.

7.      Otras tradiciones: Rezos en los cerros (los cerros son protectores, creen algunos) sobre todo, en Mampil, sitio arqueológico que contaba con 7 pirámides, juego de pelota. Semana Santa, Feria Internacional en honor Jesús Nazareno, Feria Patronal, en honor a Santa Ana, etc.

POHXUHEW Por Elder Exvedi Morales Mérida (1995)

POHXUHEW
Por Elder Exvedi Morales Mérida (1995)



Amaneció. El sol alumbraba sutilmente.
Es 14 de septiembre, un día especial, muy especial.

-Bienvenidos, que bueno que madrugaron-, dijo don Santiago Huitz-taj.
-Gracias-, respondieron tío Chema, Juan de Dios, John, Juan Huista y Pedro Ixim.

Don  Santiago Huitz-taj, anciano de 115 años de edad, continuó saludando a todos los presentes.

-Un día como hoy,  nació  en  Quetzaltenango  don Jacobo Árbenz Guzmán-, recordó tío Chema.
Y agregó: El soldado del pueblo fue electo presidente de la república, para el período 1951-1957, en noviembre de 1950, obteniendo el 68.64% del total de los votos emitidos. Quiso construir una mejor Guatemala, pero los judas, los vendepatrias no lo permitieron, y hasta lo humillaron y echaron del país. Y en nuestro pueblo también vemos a tantos judas, a tantos parásitos…

Shushcatal,  Shushquej y Shushmac que ahora ejecutan ocarinas recién hechas, ofrecen una música alegre. De la garganta de cada ocarina brotan gorjeos, trinos, canturreos, murmullos y retazos de júbilo indescriptible.

Shushquej o Jesús Gaspar recién ha cumplido 99 años de edad, y comenzó a ejecutar chirimía, ocarina, marimba de tecomates, tun, tzicolaj, tzu y guitarra a los  8 años.

El rancho donde se celebra la Pohxuhew o fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos está engalanado con hojas de pacaya y pino.

En medio del rancho, una olla grande que contiene tamalitos de frijol.
He ahí pues Shushcatal,  Shushquej y Shushmac   tocando la ocarina mientras esperan que los tamalitos de frijol entero se cuezan.

Don Santiago Huitz-taj ha regresado a conversar con sus invitados especiales: Tío Chema, Juan Huista, Pedro Ixim, Juan de Dios y John.
-De una a cinco de la mañana estuvo tocando la marimba de sones de don Francisco Méndez-, dice don Santiago.
-Muy buena marimba-, reconoce tío Chema.

Los demás rezan:

Gracias Madre Tierra
por darnos tu amor,
gracias por los frutos
que nos dan vida.
Gracias al Creador.

Gracias por la Madre Maíz,
por el teosinte sagrado;
por el sustancioso frijol
y por todos aquellos frutos
con que nos alimentas,
Madre Tierra.

Gracias, porque en tus surcos
recogemos muy agradecidos
el sagrado alimento
para que nuestra raza
se multiplique  y eternice.


De la garganta de cada ocarina seguían germinando  cantares, gorjeos, canturreos, susurros y cosmos de gozo inefable.

“Ni Antonio Vivaldi pudo describir a través de su música la belleza de la primavera”, escribió  años después Juan de Dios en The  New York Times.

-Ya están hirviendo-, dijo la más anciana de las mujeres.

Y al unísono se escuchó la siguiente plegaria:
Te damos gracias Creador
y te rogamos humildemente
que nunca nos desampares
y que la Madre Tierra
siempre nos prodigue
el sagrado sustento.


 Al cocerse los tamalitos de frijol entero, Shushquej o Jesús Gaspar hizo estrellar su ocarina fresca  contra la olla, y las ancianas comenzaron a sacar los tamalitos,  llamados también como  “tamalitos del ocho”. Repartieron los exquisitos tamalitos y los hombres más viejos se encargaron de distribuir pozol endulzado con panela en sendas jícaras.

 Don Santiago Huitz-taj fue a colocar con gran respeto el primer tamalito a un altar,  juntamente con una jícara de pozol.
Shushquej y Shushmac   también depositaron sus ocarinas en el altar oloroso a pom, a incienso, a ocote y a candela. 


Shushquej recogió su ocarina deshecha. La envolvió en doblador  y con respeto fue a  enterrarla al pie de un árbol de hormigo o palo de marimba, el cual, al instante, se llenó de pájaros que, con sus múltiples gorjeos, también celebraron con los habitantes del lugar.

-Es impresionante-,  manifestó John, el estadounidense que, años después, escribiría sobre todo lo que aconteció durante su estancia en Santa Ana Huista.

Un anciano llamado Domitilo ofreció aguardiente.
Y muchos bebieron.
-Rica la cusha-, reconoció John.

Y una anciana, en poptí,  se refirió a él:
“Qué bueno que el gringo conozca nuestras tradiciones y costumbres. Y que las respete, por supuesto”.
(Kawk’ultaheb’ naj  gringo chohtajnheheb’ najkob’eyba’lb’ojtzetjehik’oj.
Yilalsxikiltajnhenheb’ naj.)


Cuando las ocarinas dejaron de prodigar su música placentera, comenzó de nuevo a derramar sus sones  la marimba  fundada y dirigida por  don  Francisco (Chico)  Méndez,  e  integrada por don Emeterio Crisanto  Méndez, Nazario Recinos, Gaspar Recinos, Gaspar Méndez, Guadalupe Pérez, Juan Pedro Pérez, Martín Julián Pérez y  Juan Castillo.                             Algunos  le llamaban  “La Marimba  de  los Gaspares”,  otros, “Marimba  de  los  Cashpares”.  

-Don Santiago Huitz-taj, ¿puede usted explicarnos todo lo referente a esta celebración?-, solicitó John.

-Claro que sí, amigo, con mucho gusto. Pohxuhew: es la fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos. En el Calendario Maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox, en uno de los días del mes de agosto o primera quincena de septiembre generalmente, como lo estamos haciendo hoy 14, del mes patrio.

Años después,  Juan de Dios, en una de sus columnas en The  New York Times, escribió al respecto: “Pohxuhew: es la fiesta de agradecimiento por los primeros cultivos. En el Calendario Maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox, en uno de los días del mes de agosto o primera quincena de septiembre generalmente. Es una fiesta hogareña que consiste en cocer tamalitos de frijol entero, las personas rodeadas alrededor del fuego tocan la ocarina mientras esperan que se cuezan; al cocerse, hacen estrellar una ocarina fresca  contra la olla y comienzan a sacar los tamalitos; a estos tamalitos les llaman “tamalitos del ocho”).
Fiesta de agradecimiento por los primeros productos de los cultivos. En el calendario maya Jakalteko se celebra el día Oxlanheb´ Tox (13 Tox), en uno de los días del mes de agosto o primera quincena de septiembre, generalmente”.

Tío Chema, Juan de Dios, John, Juan Huista y Pedro Ixim regresaron muy alegres cuando la noche comenzaba a caer, ese 14 de septiembre inolvidable, sobre todo, para John, el gringo amigo, como decía la gente de Huista…

*Agradecimiento especial a don Pascual Mendoza por narrar parte de esta festividad.
FUENTE: Huista: Un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida.                                                                                           Guatemala, septiembre de  1995.     


UN DÍA COMO HOY NACIÓ EL “GRAN LENGUA”

UN DÍA COMO HOY NACIÓ EL “GRAN LENGUA”

Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura en 1967.

Miguel Ángel Asturias Rosales nació el 19 de octubre de 1899 en la ciudad de Guatemala. Se graduó de abogado en 1923. Uno de sus libros más famosos, como sabemos,  es El Señor Presidente, una novela en la que retrata la tiranía de los 22 años del presidente Manuel Estrada Cabrera, derribado en 1920.
Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1967.
El  escritor mexicano Carlos Fuentes, decía que “El Señor Presidente” es una experiencia literaria fascinante, impregnada en una poesía brutal, que se afirma paradójicamente gracias a un refinamiento expresivo incomparable”.
Agregaba que “Asturias es uno de los grandes renovadores de la novela latinoamericana, que deja de tratar al indio de una manera documental, para penetrar la raíz mágica, la raíz mítica, a través del lenguaje que hablan esos seres”.

Con Leyendas de Guatemala, gana en  París el Premio Sylla Monsegur, mejor obra hispanoamericana publicada de 1930 a 1931.
En 1938,  creó el radioperiodismo en Guatemala fundando el Diario del Aire, que se caracterizaba por el estilo de la transmisión de una noticia y un anuncio comercial, que posteriormente contagió a otros países de América Latina.

Fragmento de Hombres de Maíz
"La que más lunares tenía era la nana de Martín Ilóm, el recién parido hijo del cacique Gaspar Ilóm. La que más lunares y más piojos tenía. La Piojosa Grande, la nana de Martín Ilóm. En su regazo de tortera caliente, en sus trapos finos de tan viejos, dormía su hijo como una cosa de barro nuevecita y bajo el coxpi, cofia de tejido ralo que le cubría la cabeza y la cara para que no le hicieran mal de ojo, se oía su alentar con ruido de agua que cae en tierra porosa.
Mujeres con niños y hombres con mujeres. Claridad y calor de fogarones. Las mujeres lejos en la claridad y cerca en la sombra. Los hombres cerca en la claridad y lejos en la sombra. Todos en el alboroto de las llamas, en el fuego de los guerreros, fuego de la guerra que hará llorar las espinas. Así decían los indios más viejos, con el movimiento senil de sus cabezas bajo las avispas. O bien decían, sin perder su compás de viejos: Antes que la primera cuerda de maguey fuera trenzada se trenzaron el pelo las mujeres."
"La que más lunares tenía era la nana de Martín Ilóm, el recién parido hijo del cacique Gaspar Ilóm. La que más lunares y más piojos tenía. La Piojosa Grande, la nana de Martín Ilóm. En su regazo de tortera caliente, en sus trapos finos de tan viejos, dormía su hijo como una cosa de barro nuevecita y bajo el coxpi, cofia de tejido ralo que le cubría la cabeza y la cara para que no le hicieran mal de ojo, se oía su alentar con ruido de agua que cae en tierra porosa.
Mujeres con niños y hombres con mujeres. Claridad y calor de fogarones. Las mujeres lejos en la claridad y cerca en la sombra. Los hombres cerca en la claridad y lejos en la sombra. Todos en el alboroto de las llamas, en el fuego de los guerreros, fuego de la guerra que hará llorar las espinas. Así decían los indios más viejos, con el movimiento senil de sus cabezas bajo las avispas. O bien decían, sin perder su compás de viejos: Antes que la primera cuerda de maguey fuera trenzada se trenzaron el pelo las mujeres."


Fragmento de El Señor Presidente
" Los pordioseros se arrastraban por las cocinas del mercado, perdidos en la sombra de la Catedral helada, de paso hacia la Plaza de Armas, a lo largo de calles tan anchas como mares, en la ciudad que se iba quedando atrás íngrima y sola. La noche los reunía al mismo tiempo que a las estrellas. Se juntaban a dormir en el Portal del Señor sin más lazo común que la miseria, maldiciendo unos de otros, insultándose a regañadientes con tirria de enemigos que se buscan pleito, riñendo muchas veces a codazos y algunas con tierra y todo, revolcones en los que, tras escupirse, rabiosos, se mordían.
(...)
Una aldea vino, anduvo por allí y se fue por allá, una aldea al parecer deshabitada, una aldea de casas de alfeñique en tuza de milperíos secos entre iglesia y cementerio. ¡Que la fe que construyó a la iglesia sea mi fe, la iglesia y el cementerio; no quedaron vivos más que la fe y los muertos! Pero la alegría del que se va alejando se le empañó en los ojos. Aquella tierra de asidua primavera era su tierra, su ternura, su madre, y por mucho que resucitara al ir dejando atrás aquellas aldeas, siempre estaría muerto entre los vivos, eclipsado entre los hombres de los otros países por la presencia invisible de sus árboles en cruz y de sus piedras para tumbas.
(...)
Las tumbas no besan a los muertos, ella no lo debía besar; en cambio, los oprimen mucho, mucho, como ella lo estaba haciendo. Son camisas de fuerza y de cariño que los obligan a soportar quietos, inmóviles, las cosquillas de los gusanos, los ardores de la descomposición. Apenas aumentó la luz incierta de la rendija un incierto afán cada mil años. Las sombras, perseguidas por el claror que iba subiendo, ganaban los muros paulatinamente como alacranes. Eran los muros de hueso...Huesos tatuados por dibujos obscenos. Niña Fedina cerró los ojos-las tumbas son oscuras por dentro-y no dijo palabra ni quiso quejido-las tumbas son calladas por fuera. "
"Los vivas de la Lengua de Vaca se perdieron en un incendio de vítores que un mar de aplausos fue apagando.
El presidente contestó algunas palabras, la diestra empuñada sobre el balcón de mármol, de medio lado para no dar el pecho, paseando la cara de hombro a hombro sobre la concurrencia, entrealforzado el ceño, los ojos a cigarritas. Hombres y mujeres enjugaron más de una lágrima.
-Si el Señor Presidente se entera... -se atrevió Cara de Ángel al oírlo moquear-. El populacho le afecta el corazón...
El Auditor de Guerra se precipitó hacia el Presidente, que volvía del balcón seguido de unos cuantos amigos, para darle parte de la fuga del general Canales y felicitarle por su discurso antes que los demás; pero como todos los que se acercaron con este propósito, se detuvo cohibido por un temor extraño, por una fuerza sobrenatural, y para no quedarse con la mano tendida, se la alargó a Cara de Ángel.
El favorito le volvió la espalda y, con la mano en el aire, oyó el Auditor la primera detonación de una serie de explosiones que se sucedieron en pocos segundos como descargas de artillería. Aún se sucedieron los gritos; aún saltan, aún corren, aún patalean las sillas derribadas, las mujeres con ataque, aún se oye el paso de los soldados que se van regando como arroces, la mano en la cartuchera que no se abre pronto, el fusil cargado, entre ametralladoras, espejos rojos y oficiales y cañones...
 Un coronel se perdió escalera arriba guardándose el revólver. Otro bajaba por una escalera de caracol guardándose el revólver. No era nada. Un capitán pasó por una ventana guardándose el revólver. Otro ganó una puerta guardándose el revólver. No era nada. ¡No era nada! Pero el aire estaba frío. La noticia cundió por las salas en desorden. No era nada. Poco a poco se fueron juntando los convidados; quién había hecho aguas del susto, quién perdido los guantes, y a los que les volvía el color no les bajaba el habla, y a los que volvía el habla les faltaba el color. Lo que ninguno pudo decir fue por dónde y a qué hora desapareció el Presidente.
Por tierra yacía, al pie de una escalinata, el primer bombo de la banda mariscal. Rodó desde el primer piso con bombo y todo y ahí la de ¡sálvese el que pueda!"


El 9 de Junio de 1974 falleció en la ciudad de Madrid, España.
Sus restos descansan desde entonces en el cementerio de Pére Lachaise de la ciudad de París, Francia.
Con respeto,

Elder Exvedi Morales Mérida.

martes, 18 de octubre de 2016

REMEMORANDO EL 20 DE OCTUBRE DE 1944


REMEMORANDO EL 20 DE OCTUBRE DE 1944                                                                                                                           Por: Elder Exvedi Morales Mérida  (20 de octubre de 2013)
***
-Mirá Exvedi- me dice mi amigo poeta, Juan de Dios Hidalgo-, yo no sé por qué siguen enseñando mentiras en las escuelas. Eso de que el 15 de septiembre de 1821 logramos nuestra independencia, es una de las peores mentiras que se siguen coreando. Guatemala fue libre e independiente solamente del 20 de octubre de 1944  al  27 de junio de 1954. Y vos estás de acuerdo conmigo. Lo sabés perfectamente.
Y el bardo Juan de Dios, concluye: Este país no tiene memoria histórica, y eso también es un reflejo del sistema educativo tan mediocre con el que contamos.
***
Recordemos que el 20 de octubre de 1944 a la 1:15 de la mañana, en la ciudad de Guatemala, un  grupo de oficiales de alta en la Guardia de Honor que estaban comprometidos para iniciar el golpe revolucionario se levantó a la hora señalada, llegando al pabellón del general Francisco Corado para capturarlo, pero éste principió a disparar, hiriendo al capitán Alberto Escobar. Entonces se vieron obligados a ultimarlo; luego abrieron la puerta a un grupo de estudiantes universitarios y de civiles que estaban de acuerdo y llegaron a reforzar el movimiento. Las tropas principiaron a avanzar a sus objetivos militares. El pueblo valeroso, harto del ubiquismo, acudió a darle todo su apoyo al movimiento y se armó a más de 5000 hombres. Después de varias horas de cruenta lucha, se logró el bloqueo del Palacio Nacional, donde estaban los principales miembros del gobierno provisorio de Federico Ponce Vaides, a quienes se mandaba un ultimátum de rendición.
El presidente provisorio, al ver en llamas los fuertes, principalmente el de San José (donde posteriormente se construyó el monumental Teatro Nacional “Miguel Ángel Asturias”) se rindió bajo la promesa de respetarle la vida a él y a su Estado Mayor.
 Uno de los líderes era Jacobo Árbenz.    ¡Guatemala estaba ya en el umbral de la libertad!
En este contexto, el primer gobierno de la Revolución se caracterizó por importantes avances; se suprimió la ley de vagancia y todas las formas de trabajo forzado; se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social; se promulga el Código del Trabajo, que reconoce salario mínimo, contratos obligatorios, igual pago por igual trabajo, derecho a la seguridad social, derecho de huelga y de formar sindicatos. El gobierno destinó 1/3 de los gastos estatales a una ambiciosa inversión social; legalizó los partidos políticos y amplía las libertades de expresión, prensa, etc. Asimismo, se dio un fuerte impulso a la literatura, el deporte, el arte, la construcción de infraestructura cultural (construcción del edificio actual de la Biblioteca Nacional que lleva el nombre del ilustre Luis Cardoza y Aragón).
Guatemala pues, es renovada, como dice el poeta Juan de Dios Hidalgo.
¿Qué gobernantes han seguido el ejemplo de  los ex presidentes Juan José Arévalo Bermejo y Jacobo Árbenz Guzmán?   NADIE.
Las conquistas logradas en los diez años que representaron un salto histórico en la vida política, económica, social y cultural del país, son diversas.
La ley de Reforma Agraria de 1952 sancionó la expropiación de tierras ociosas en terrenos de más de 223 acres y se acompaña de la creación del Departamento Agrario Nacional y el Banco Nacional Agrario, encargados de facilitar créditos y asistencia técnica a los nuevos propietarios.
En dos años, la Reforma Agraria otorga 1002 fincas y 1.901.073 hectáreas para 100.000 familias. Y el Banco Nacional Agrario “concede 11.881.432 quetzales en créditos”, según afirma su fundador y primer presidente, el gran patriota  Alfonso Bauer Paiz: “Crece rápidamente el mercado interno. De la noche a la mañana los niveles de vida en el campo aumentan, los empleados adquieren máquinas de coser, radios, refrigeradoras eléctricas y de gas y otros artículos para su comodidad familiar. Por supuesto, todos los comerciantes están satisfechos porque se les abren insospechadas posibilidades de venta en todo el país”. (“Memorias de Alfonso Bauer Paiz”, Carpio)

“Los guatemaltecos que conocíamos nuestro pasado y habíamos vivido parte de él, nos sentimos en un país distinto, dijo el “Padre del Teatro Guatemalteco”, Manuel Galich. En un país que se había colocado, de la noche a la mañana, como si fuera dueño de la máquina del tiempo, en pleno siglo XX, después de haber vivido en los más tenebrosos, hasta la misma víspera”.
La Revolución que benefició con tierras a más de 100,000 campesinos; la que consiguió movilizar a un número mayor de trabajadores y campesinos; “el acontecimiento histórico más importante de nuestra vida independiente” (Cardoza) cae un junio aciago de 1954 sin conseguir la resistencia esperada.
Hablar de soberanía antes y después, es una utopía.
Tristemente, en pocos centros educativos se escudriña esta parte gloriosa de nuestra historia patria.
Y LLEGÓ OCTUBRE LIBERTARIO…                                                                                                                                                               Por Elder Exvedi Morales Mérida (20 de octubre de 1995)

Y llegó octubre libertario                                                                                                                                
  con sus lumbreras,                                                                                                                                           
 con sus teas,                                                                                                                                                
    con sus manojos de ocotes milenarios,                                                                                                   
    con su luz                                                                                                                                                 y alegría y optimismo.
Y retoñó la  vida.
Y el pueblo, mi pueblo,  nuestro pueblo,                                                                                                    
  el pueblo de todos, hermanos míos,                                                                                                          
  despertó de su letargo, y le  nacieron,                                                                                                       
         en cada costado de su primaveral geografía,                                                                                      
   milpas fecundadas, de esperanzas y utopías.
Y violines astrales  y marimbas radiantes.
Vino, pues, hermanos,                                                                                                                                      
    la música del alba                                                                                                                                                a aplastar,  a tanta oscuridad                                                                                                                                  
  que nos subyugaba y se  defecaba                                                                                                                   
   en nuestra dignidad.
Y Manuel Paz, Atanacio Tzul,                                                                                                               Lucas Aguilar, Manuel Tot,                                                                                                                           
    Juan Pueblo, y muchos otros,                                                                                                               ¡Auténticos patriotas y adalides!                                                                                                                                               lloraron de júbilo ver por  fin a la patria                                                                                                  
libre, soberana e independiente,                                                                                                           porque la del 15 de septiembre de 1821,                                                                                                               
es una de las tantas farsas que arrastramos.
En los surcos, los frutos lozanos,                                                                                                 entonaron la canción más esplendente                                                                                                      
   de amor y libertad,                                                                                                                                               
   y en cada esquina, sonora de la patria,                                                                                              
   proliferaron las sonrisas.
Y entonces, solo entonces, hermanos míos,                                                                                                       
  lo sabemos de sobra: la patria fue, por primera vez,                                                                                            
libre, soberana e independiente.
¡Viva el 20 de Octubre!
***


¡VIVA ARÉVALO!     ¡VIVA ÁRBENZ!          
 ¡VIVA PONCHO BAUER PAIZ!                                                                     
 ¡VIVA EL PUEBLO QUE  LUCHA CON DIGNIDAD!


Elder  Exvedi Morales Mérida                                                                                                                                                                     E-mail: teatroexvedi7@hotmail.com  Cel. 55 22 63 04

miércoles, 12 de octubre de 2016

NO QUERIA CHUPAR FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista. Elder Exvedi Morales Mérida. 1994

YO NO QUERIA  CHUPAR
FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista.
Elder Exvedi Morales Mérida. 1994

Yo no quería chupar, el guaro me da asco, mucho asco.     Muchas arrojadas y gargajos verdes y amarillos habían en el suelo cuando  me arrimé. ¡Ah púchicas!, qué botellal sobre la mesa apolillada de cedro. Yo estaba bien jodido, no lo miento;  la patoja que quiero, me dijo que no me hacía caso porque yo era un muerto de hambre. ¡Ish!, lamido, empachado, burro igualado, fue lo último que me dijo.  Yo no quería chupar, pero me fui  a arrinconar a la cantina esa...  En el suelo dormía el Chilino, a quien le habían dado su buena pijaceada por querer manosear a la Chepa, hija de la dueña de la cantina “El Buen Tufo”. Buen tufo será la chingada, a caite chamuscado apestaba.  El jodido de mi primo Cleto se empinó la botella de guaro de un cuentazo y me dijo: Vos Juan Huista, chate un tu traguito.  Yo no quería chupar, se los juro por Diosito.  Cuerudo, tan lamido que sos, me dijo Cleto.  Yo les rejuro que solo una vez me había puesto bien a pichinga, pero con chicha.  La Chepa me miraba con sus ojotes, que parecían dos brasas, pues nunca me había visto chupar.  El Chilino abrió los ojotes de chucho jiotoso y la chotió  bien.  ¡Ayayay! Quiero chupar más, gritó el Cleto.  Me pidió una choca para comprar otro octavito.  Para que no digiera que yo era un codo, le dí un quezal. ¡Jajajajaja! se rió y me dijo: ¡Guaro me exige el esqueleto!  ¡Uyuyuy!, Chepa, cara de chancleta, dame cuatro octavitos más, ordenó el Cleto.   Vaya a mandar a su casa huevón,  lamido. Siquiera diga por favor, respondió la Chepa, mirándome de reojo.  El marimbista de Cebas quiso tocarle una chiche que casi se le salía, y ella le dio un su chipotazo en la geta y le gritó: su leñaceada le voy a dar va ver pue.   Siguió torteando y el Cleto le dijo a Cebas, el marimbista: chingón usté.  Luego me peló los ojotes de burro en bajada y casi gritándome, me dijo: parecés ishto.  Vení, aplastate aquí.  Yo obedecí y hasta quiso  abrirme la trompa para que me hartara el guaro.  Agarré el octavito. Luego pensé en la María y por un cachito y lloro de la tristeza.  Como coche, me atoré el aguardiente. ¡Ayjuelá! Sentí caliente mis tripas, como si tizones hubiera tragado.   Yo no quería chupar, pero de la cólera de que no me quería la María, chupé. 
El pisto  que llevaba lo puse sobre la mesa y dije que yo invitaba.  El marimbista quiso darle un pico a la Chepa y saber cómo diantres, ella le dio un chuculazo en el hocico. Váyase a la chingada, le dijo, y me miró toda chiveada.  El Margotino, marido de mi hermana Criolina, sacó todo el frijol y el pozol cuando arrojó en ese ratito. Já,  por poco y saco todo el  chipilín que me harté.
  Yo no quería chupar, pero no sé rialmente qué chingados tenía fíjense ustedes.
Já, al Chilino cómo le apestaba  la trompa y las patotas shucas. 

Yo ya no le atinaba muchá.  Creo que ya estaba bolo. La verdá es que por un momento me sentí  bien cálida.   Por ratitos sentía que me daba vahído y me hacía del macho.  Estaba bien a pichinga.  A cada rato me sentía más pior. El sonso del marimbista seguía necio. Quería darle un beso a la Chepa. Ella bien brava, lo corrió a leñazos.   El Cleto, por decirle que no fuera arisca, recibió un su guamazo en la geta. Yo sólo miraba.
Yo no quería chupar, pero ya me había zampado un octavo de indita.  Cuando miré el otro octavo, imaginé que la foto que tenía pegada el envase, era la de la María, por eso, sin pensarlo, me lo atoré. ¡Ay, fregado! Pue, ái usté, sentí que era agua de mi tecomate. Ah, tan dulce staba, que parecía melcocha.
Dejá de tomar Juan Huista, me aconsejó chillando la Chepa.  ¡Shó! No siás así, le gritó el abusivo de Cleto.  Vos estate quieto calentón, baboso, empachado, cara de apaste, le contestó ella bien arrecha.  No sea brava chula, le dijo el Chilino, levantándose bien totoreco.     Usté cierre la trompa, le alegó ella. 

En verdá, yo no quería chupar, pero estaba muy triste, porque la María me despreció.    
A la Chepa se le estaba cayendo el corte, por lo que el Cleto le ofreció: si quiere, se lo detengo.
 ¡Ay, qué abusivo y císnico es usté!, le gritó, tirándole  una bola de masa a la cara de monolito. Yo la miré todo embrutecido, y el Chilino me dijo: vos sholco, dejá de verla ansina, porque te va a salir escupelo.     
En serio, yo no quería chupar nunca, pero ahora estaba bien jodido ya.
De mi tanate saqué una foto de ella. La besé y me puse a chillar. 
Vonós, me dijo Cleto.  No, ahora nos hartamos todo el guaro que hayga, le dije chillando.    
Un jarro de barro negro y ahumado, estaba hirviendo en medio del fuego. Tenía mucha hambre. Me chillaban las tripas.   Chepa linda, le dije, denos algo de comer.  Ella muy chula y pizpireta me respondió: con mucho gusto Juanito Huista.
 A puro chipilín espantamos el hambre.  Después seguimos.


Yo no quería chupar, pero ahora estoy de cruda, una sequía de la gran diabla me está jodiendo.

viernes, 7 de octubre de 2016

ESOS, LOS MISMOS DE SIEMPRE Autor: Elder Exvedi Morales Mérida.


ESOS, LOS MISMOS DE SIEMPRE
Autor: Elder Exvedi Morales Mérida.


Esos, los mismos de siempre,
los que han hundido sus raíces negras
y horripilantes
en los surcos de mi patria,
de mi mancillada patria,
siguen desmembrando nuestros sueños,
hipotecando nuestro futuro
y cercenando nuestras utopías.

Esos, los mismos de siempre,
ríen a carcajadas
al ver cómo las vendas de nuestros ojos
siguen intactas, fuertes, pavorosas;
y ante nuestra mudez, cobardía e ingenuidad
se complacen
y se  desternillan…

¡Tanta ceguera maldita!
¡Tanto silencio encubridor!

Y los labios de los niños siguen huérfanos,
sin sus sonrisas conmovedoras;
y germinan las rosas negras, lúgubres, de luto.

¿Por qué mis hermanos se quedan de brazos cruzados
ante tanta injusticia y cinismo?
¿Por qué tanta cobardía, candor e indiferencia?

Esos, los mismos de siempre,
se embelesan viendo
como muchos de mis hermanos
siguen atados a dogmas catastróficos
y a fanatismos estúpidos.

Esos, los mismos de siempre,
nos inyectan su toxina perversa
y callamos,
enmudecemos
y nos arrodillamos ante tanta infamia.

¿Qué será de las generaciones venideras?

Esos, los mismos de siempre,
venden nuestra raquítica soberanía,
hacen trizas nuestros recursos naturales
dejándonos una estela de muerte,
miseria
y de inmundicia.

Los diáfanos ríos se convirtieron en cloacas,
en  alcantarillas,
en desagües,
en retretes,
en escusados,
en inodoros,
en letrinas.

¿Y a quién le importa?
¡¿Por qué sigue apestando la indiferencia de mis hermanos?!

¡Tanto silencio me martiriza!

Esos, los mismos de siempre,
crucifican arboledas,
fusilan ríos y lagos,
y le roban la vida
a la Madre Tierra,
y nadie dice
ni hace nada.

Esos, los mismos de siempre,
se limpian el trasero
con las leyes
y aquí,
en esta patria mártir,
no pasa nada.

Nadie dice nada.

Esos, los mismos de siempre,
nos roban el pan
y nos dejan las mesas vacías,
desprovistas.

Esos, los mismos de siempre,
machetean nuestras sonrisas,
nos vuelven consumistas
y nos manejan cual títeres
a su sabor  y antojo
y callamos,
callamos.

Uniforman nuestras voces,
nuestras mentes
y la libertad es tan solo una fantasía.

Esos, los mismos de siempre,
aprovechan nuestra ignorancia,
nuestra hambre,
nuestra sed,
nuestra necesidad
y nuestra estupidez
para amasar fortunas.

Esos, los mismos de siempre,
cuyo dios es el dinero y la vanidad
creen ganarse a mi hermano Jesús
frecuentando las iglesias,
cediendo grandes limosnas y diezmos
y vistiéndose de primera comunión.


Por esos, amado hermano Jesús,
yo oro,

y exijo justicia.