XX
El gorjeo de los
pájaros desparrama su júbilo y poesía.
¡Es un nuevo día!
¡Otra dádiva del
Supremo Creador!
Los cantos metálicos
de las campanas de la majestuosa
catedral alzan el vuelo.
Consulto mi reloj:
son las 6.22.
El parque central de
Huehuetenango luce limpio, y los amigos lustradores han comenzado con su larga
y agotadora faena. Para llevar, con
dignidad, el pan a la mesa.
Veo a don Doroteo,
mas no a don Agapito.
Don Doroteo es
moreno, chaparro. Nariz aguileña. Chato, le llaman todos. Las canas le invaden
la cabeza y el bigote. Luce encorvado y tiene dificultades para desplazarse.
-¿Qué tal amigo?-, me
saluda, al momento que da el vuelto o
cambio a uno de sus clientes, un empleado municipal, con cara de pocos amigos…
-Buenos días don
Doroteo. Yo bien, ¿y usted?-, respondo, mientras le saludo con un apretón de
manos.
Y él, con una sonrisa
en sus labios, dice: Aquí, ganando unos centavos, aunque sea para el Pollo
Campero…
Y reímos.
Y el gorjeo de los
pájaros sigue floreciendo.
-¿Y don Agapito?
-Cállese mano-,
replica con evidente preocupación.
-¿Qué pasó? Peor si
le pasó algo malo…
-El pobre está jodido:
iba en su bicicleta cuando un cabrón bolo le pegó su buen sopapo.
Y yo, turbado, le
dije: Pobre, más tardé iré a verle.
Me senté. Y comenzó a
lustrar mis zapatos.
Tomé el periódico. En
portada: la fotografía de un politiquero. Me dio asco y me deshice del diario.
De pronto, divisé a
un anciano sereno, amable y carismático.
Sentado, en una banqueta, acariciaba una guitarra. Sus dedos sonoros mimaban las cuerdas, y los
acordes, arpegios y melodías diáfanas, dulces y amorosas nos prodigaron un
ambiente más apacible.
-Es don Netío Monzón,
“El cantor del paisaje”,-me dijo orgulloso don Doroteo, interrumpiendo su labor.
-Eso imaginé, pues lo
conocí en 1992 cuando llegó a Santa Ana Huista-, confesé.
Y agregué: Llega seguido a Huista, como le
llaman a mi pueblo, pues es amigo de todo mundo, sobre todo, de don Filomeno
Hernández Domínguez y de tu vasta familia.
-Tiene razón Exvedi:
todo el mundo lo quiere, admira y aprecia.
Don Doroteo guardó
silencio, y volvió a la faena. Y recordé que don José Ernesto Monzón Reyna nació
en Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, el 31 de diciembre de 1917.
Ejerce la docencia en centros de segunda enseñanza,
en las disciplinas de matemáticas, contabilidad y literatura, miembro de la
Asociación de Cronistas Deportivos. En el año 1942 ingresó a la Asociación de
Periodistas de Guatemala APG. Se incorporó a la
Universidad de San Carlos de Guatemala, en donde presta servicios como investigador de literatura folklórica.
Don Neto siempre ha
sido flaco, me decía un día don Filomeno Hernández Domínguez. Y es cierto, pues recuerdo que
tengo una fotografía donde aparece dándose un fraternal abrazo con el ídolo
mexicano Pedro Infantes.
Don Doroteo levanta
la mirada y sigue con el interesantísimo
tema: El lleva el arte en sus venas, pues su señor padre, tíos, tías, hermanos,
y sobrinos tocan la guitarra y cantan y su señora madre fue maestra de música y
profesora de piano. El mismo cuenta que se inició como compositor el 23 de
junio de 1937 al componer la canción Río Limón o el Todosantero. Imagínese Exvedi: ha compuesto más de 200
canciones. Le ha cantado a toda
Guatemala. Es bien pilas, como dicen los ixtos.
Y don Doroteo tiene
razón: don Neto le ha cantado a todo el país, pues, como él dice, es su numen. También ha compuesto canciones para El Salvador, Honduras, Nicaragua
y Costa Rica, y a ciudades de México. Entre sus canciones jocosas recuerdo ¡Ah...puchis que de a sombrero! y ¿Quién
quilete?.
Otras de sus
obras que el pueblo canta son Milagroso
Señor de Esquipulas, Madre, Día de tu Santo o Mañanitas guatemaltecas, Canto A Mi Guatemala, Otra Vez, Livingston, Volcán de Pacaya, Puerto de San José, La Sanjuanerita, y Soy de
Zacapa, por mencionar algunas.
En el año de 1958 , la
canción "Milagroso Señor de Esquipulas" figuró en el programa de
éxitos latinoamericanos difundido por la WRUL de Nueva York, habiendo
finalizado entre las cinco canciones más gustadas del mes de octubre de dicho
año, quedando en medio de "Dios No Lo Quiera", cantada por Lucho
Gatica y que "Seas Feliz" por Libertad Lamarque; en 1958 llevó la
representación de Guatemala al III FESTIVAL FOLKLORICO DEL CAFE, en
Manizales, Colombia, en donde fue declarada la mejor canción del festival; la
interpretó Rodolfo Augusto Tejeda, con el acompañamiento de la marimba Maderas
de Mi Tierra. Fue fondo y tema de la película "El Cristo Negro". En
1981, oportunidad en la que viajó a Chile, Perú y Colombia, la encontró grabada
en las voces de Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo.
-Servido amigo-, me
avisa don Doroteo, mientras se sienta a mi lado. Y, apreciando a don José
Ernesto Monzón, hijo ilustre de Huehuetenango, añade: Don Netío es un gran
personaje. Usted sabe que Soy de Zacapa fue grabado en México por el mariachi Vargas de
Tecalitlan y en España por la orquesta del Maestro Alfonso Agulló.
-Sí don Doroteo. ¿Es
un gran orgullo verdad?
-Claro que sí Exvedi.
Y callamos un rato,
mientras observamos a don José Ernesto Monzón y escuchamos cómo, con maestría,
va hilvanando versos y melodías.
Por cierto, otras
canciones suyas han sido grabadas además de en Guatemala, en los Estados
Unidos, México, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Colombia y España.
Dentro de los
artistas extranjeros que han grabado sus canciones recuerdo a El trío Los
Peregrinos, Bolivianos; Trío Los Incas, Peruanos, Cantares de Chile y América,
Chilenos; Cuarteto Los Guajiros, Salvadoreños; Orquesta del Maestro Alfonso
Agulló, en España; Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo, ecuatorianos.
Antes, en Santa Ana Huista
se declamaban sus poemas El
Retorno, A Las Cavernas, Quisiera, El
Amor Verdadero y Canción De Primavera.
-Fíjese amigo-dice
don Doroteo, casi para concluir-, la dirección de radio y TV nacional le dio
íntegramente un programa de " LA HORA NACIONAL ", desde el
conservatorio de música y artes escénicas, entrando en cadena todas las
radiodifusoras y canales de televisión del país. La APG, el 10 de Abril de 1971
le hizo entrega de la Monja Blanca APG por ser el artista más sobresaliente del
año 1970: en 1976 la municipalidad capitalina le hizo entrega de la orden Jorge
Álvaro Sarmientos; las radiodifusoras Ciros y La Voz de Américas le entregaron
la "DAMA DE ORO DEL COMPOSITOR" el 6 de Junio de 1982. La dirección
del Teatro Nacional y la asociación de cantantes profesionales, presentaron en
el Teatro Nacional, el primer "FESTIVAL CANCIONES 'JOSE ERNESTO
MONZON'", en donde 11 de los más cotizados cantantes de Guatemala,
acompañados por la orquesta del maestro Vinicio Quezada, interpretaron 22
canciones de su inspiración; y en donde el dúo Charango Verá de Argentina,
estrenó el vals "Cantor del paisaje", que fue compuesta por ellos, en
honor al ilustre huehueteco. En octubre de 1983 la Federación de Artistas
Nacionales, lo declara el "COMPOSITOR DEL AÑO", y le hacen entrega
del Pentagrama de oro. El 12 de septiembre de 1984, la Facultad de Humanidades
de la USAC, con presencia de las máximas autoridades de la universidad y de
dicha facultad, le hacen entrega del diploma que lo acredita como “EMERITISIMUN
DE LA UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS". El 30 de noviembre del mismo año con
motivo del "Día del Periodista", la APG le hace entrega de la
"CRUZ AL MERITO ARTISTICO", y en diciembre del mismo año el Club de
Leones de Zacapa y la municipalidad de esa ciudad bautizaron con su nombre a la
principal calle del barrio Tamarindal, mismo lugar donde en julio de 1998 fue
develado un busto y se bautiza con el nombre del Maestro Monzón la plaza donde
éste se encuentra ubicado.
Años después,
exactamente el 5 de noviembre de 1999
recibió " LA ORDEN DEL QUETZAL EN GRADO DE GRAN OFICIAL". En enero
del año 2000 la empresa mexicana de noticias lo declaró como "EL MEJOR
COMPOSITOR GUATEMALTECO DEL MILENIO".
Donde Meno también contaba que cuando el ilustre huehueteco vivió en la
finca de su señor padre en San Vicente
Chojil, el propio José Ernesto recordaba: cantaba a dos voces con su hermano Ricardo,
lo mismo sucedía en la Democracia y en San Antonio Huista, todos iban a las
serenatas, narrándonos con ellos, una tradición española muy propia de los
huehuetecos. Y en Santa Ana Huista también se le recuerda con
cariño.
Consulto mi reloj,
pago por el lustre, doy las gracias, y con un caluroso apretón de manos, me
despido de don Doroteo.
Y el gorjeo diáfano
de los pájaros y la música que hilvana el maestro José Ernesto Monzón, siguen
alabando al Supremo Creador y cantándole a la vida y al amor.
FUENTE: CRÓNICAS
HUEHUETECAS
Por Elder Exvedi
Morales Mérida 2000.