miércoles, 31 de agosto de 2016

LA MUERTE DEL BUEN CIUDADANO

LA MUERTE DEL BUEN CIUDADANO
FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista.
Elder Exvedi Morales Mérida. 1994


Poco a poco, los pobladores se aglomeraron al rededor del cadáver.    
El mismo constató lo hechos.
Ahí estaba llorando con su sombrero de ala ancha, protegiéndose la cara de los rayos solares.
Luego, se cubrió el rostro con las manos, y murmuró entre sollozos:
“Era lo único que tenía”.

Todos lloraron.

-Quien no lo iba a querer.
-Tan bueno que era.
-Tan humilde.
-Tan obediente.
-Tan manso.

Todos lloriquearon de nuevo y preguntaban de quién podría ser el asesino.
Nunca se esclareció la verdad,  y el cadáver del buen burro, fue sepultado como si fuera un ilustre ciudadano.



martes, 30 de agosto de 2016

CANTO A LA LAGUNA DE LAS FLORES Autor Elder Exvedi Morales Mérida. (1993)

CANTO A LA LAGUNA DE LAS FLORES
Autor  Elder Exvedi Morales Mérida. (1993)


La Laguna de las flores,
los versos diáfanos de mi melodía,
mis pentagramas de ruiseñores
y la estrofa dulce de mi armonía
hoy te rinden pleitesía.



Tierra fértil y encantadora,
en ti retoña la aurora,
y cuando despunta el astro rey en la alborada
de inmensa ternura se me colma la mirada.


La Laguna de las flores,
mis versos con  sus albores
te cantan jubilosos,
te ensalzan gloriosos.


La Laguna de las flores,
tierra poética y fecunda,
de poesía mi alma se inunda

cuando te ofrendo loores.

DONCELLA Autor Elder Exvedi Morales Mérida. (1995)


DONCELLA
Autor  Elder Exvedi Morales Mérida. (1995)

En La Laguna de las Flores
donde retoñaban celestes albores
un día primaveral conocí,
a una muchachita, divino rubí.

En los labios de la doncella
poesía diáfana centella,
y en sus serenos ojos,
jamás han florecido abrojos.

Germinan siempre en sus labios
versos tiernos  y cantos sabios;
y en sus ojos serenos,  quietos,
maravillosos sonetos.


En La Laguna de las Flores
donde florecen  astrales albores
un día resplandeciente conocí,

a una doncella, divino rubí.

LA CITA

LA   CITA
FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista.
Elder Exvedi Morales Mérida. 1994


En ese entonces, no había más que caminar por las calles alumbrados por  la luz de la luna plateada.    Cuando se suscitaba  cualquier hecho,  en breve, toda la gente se enteraba. 
Así era el pueblo de Santa Ana Huista de aquellos lejanos días.
Mucha gente frecuentaba las pequeñas cantinas a “echarse los tragos” de cusha, guaro o aguardiente, que es lo mismo,  para olvidar por breve tiempo los problemas....y para festejar alegrías...

Una tarde despejada, “El Bolito”, mote de Juan,  enfiló rumbo a la cantina de doña  Cornúpeta  Pocaspulgas a cumplir con la costumbre...
Ahí encontró a varios compañeros de “chupe” y al parecer,  todo estuvo muy alegre. Hablaron de problemas familiares, de los quehaceres en el campo y por supuesto, de las mujeres.  Ya casi al filo de la  media noche, retornó a su humilde vivienda. Cruzando estaba el parque cuando un anciano se le apareció en un abrir y cerrar de ojos:
-Ah púchicas, qué susto me ha dado don.
-Disculpe joven.
-¿Qué jodidos se le ofrece?
-Un traguito.
-¿Un traguito?
-Sí.
-¿Y a usté quién le dijo que yo  chupo?
-Su apodo lo dice todo.
-Bueno, está bien pué.

El Bolito sacó un envase de “cloro” lleno de ese licor milenario, y lo compartió con el extraño. Platicaron durante horas y así  trabaron una amistad, de esas no muy comunes...

-Pero que conste, nos vemos el próximo viernes.
-Me extraña paisano.

Eran las  cinco de la madrugada  cuando se despidieron, y cada uno siguió  su camino.
¡Qué  bruto que soy! Ni su nombre le pregunté-, dijo El Bolo, antes de ingresar en su vivienda.

El  tiempo transcurrió inexorable.  La   cita  se había pactado para  el  viernes, a las seis de la tarde. El lunes se  fue despidiendo muy lentamente, el martes un poco más de prisa, el miércoles más y el jueves umbral, más.  El viernes llegó.  A las cinco con cincuenta de la tarde, se presentó El Bolo a la cantina. Se sentó a esperar al amigo sin nombre,  mientras fumaba un cigarrillo  de manojo.  El humo dibujaba en el viento el rostro moreno del amigo a quien esperaba. Las seis  y nada de nada...

-¿Qué  le pasa usté? -, le   preguntó doña Cornúpeta Pocaspulgas.
-Es que estoy esperando a un mentado amigo...bueno, no sé su nombre.
-Y, ¿cómo es él?
-Chaparro, moreno, calvo y amante del  guaro como yo.

La  propietaria de la cantina ya no dijo nada. En su semblante se esbozaron incógnitas. Y El Bolo extrañado,  la miraba.

-Usté  doña  Cornúpeta, ya ni la friega; parece que hubiera visto a un espanto.
-Algo así.
-¿Cómo así?
-Fíjese que ahora le tocó a usté.
-¿Qué me tocó qué?
-Sí, ahora le tocó la espantada. Es que hace años que viene a espantar don Julián Jícara, un señor que murió en esta cantina, ahí merito donde está usté sentado.  Petatió de tanto chupar. Hoy merito, hace diez años que paró  los caites y por eso lo citó,  para chingarlo.

Confundido y asustado, El Bolito decía: Pero sí lo vi bien, me senté  con él a platicar y...
Pagó  la cuenta y con pasos lentos inició a caminar hacia su vivienda.  Estaba ido. No podía creer ser objeto de burla de uno del más allá...
Al poco tiempo enfermó gravemente. Se vio entre  la vida y la muerte.
Ya tenía meses de estar postrado en cama, cuando en un sueño se le apareció “su espanto” quien le dijo: “Mi amigo, ya no siga chupando más.  Yo por hacerlo, perdí a la muchacha que quería, y por tanto hartarme de ese desgraciado guaro, me morí”.

“Santo Remedio” como dicen en el pueblo.  Desde ese entonces, se apartó de todas las “amistades pervertidoras” y de la idea de seguir consumiendo licor.



lunes, 29 de agosto de 2016

EL NORTE

EL NORTE
FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista.
Elder Exvedi Morales Mérida. 1994


La tarde cálida y finalmente, la noche turbulenta.
Las lágrimas no querían ceder,  y los aires que soplaban,  los irritaba más.
-Es jodida la vida.
-Sí.
-¿Por qué?
-Porque los pobres estamos olvidados.
-Maldita nuestra suerte.

Se quedaron callados, mientras las lágrimas continuaban. Habían estado siempre sumergidos en la pobreza extrema y él debía emigrar al Norte.
No durmieron nada. La mañana los encontró llorando y hartándose tantas palabras tristes. Ella intentaba espantar el sueño, pero al fin fue derrotada. Eran las cinco de la mañana.  
El se marchó. No quiso despertarla para despedirse. Mejor así. Durante su camino en Chiapas, México, la migra le arrebató el dinero, por lo que continuó el viaje a pie. 
En Arriaga, Chiapas, dos agentes de Migración le exigieron dinero, y como ya no llevaba un solo peso, lo mataron, como se mata un perro.
Su esposa le ha contado a toda aldea que su Juan Huista está haciendo dólares en Estados Unidos, y lo espera ansiosa con un niño que nació, dos días después de su marcha.






domingo, 28 de agosto de 2016

JUAN CUJÁ Y EL PIXCOY

JUAN CUJÁ Y EL PIXCOY
FUENTE: Relatos de Santa Ana Huista.
Elder Exvedi Morales Mérida. 1997.

-Mijo, el pixcoy  con sus cantos anuncia desgracias y bendiciones-, dijo el padre.
-Papa, usté sólo babosadas habla cuando se ataca de guaro.
-No mijo, lo que te digo no son sonseras.  El pixcoy es un pájaro portador de malas y buenas cosas...Si en tu camino lo encontrás, no lo ignorés, porque si lo hacés, te jodés. Si del lado derecho se pasa a tu izquierda, algo malo va a pasar, y si se pasa del izquierdo al derecho, algo bueno va a pasar.

Desde el día en que  su padre le habló del pixcoy, la onomatopeya de su misterioso canto: pix-coy, le infundía intriga.

Juan Cujá heredó un rancho grande; después de habitarla tres generaciones, y después de ocuparla él con su esposa y su marimba de hijos, se vino abajo, aplastando a todos, menos a él. Una semana antes, cuando  iba a su milpa, el pixcoy se pasó de su lado derecho al izquierdo y  recordó a su padre, cuando le habló en torno a esta ave. El pixcoy le  auguró maldición, sin embargo, en su corazón tenía un granito de esperanza, de que lo que decían del pájaro, era una mentira. Pero no fue así. El desdichado Juan Cujá ya nunca fue a los bailes. Se alejó de todo y de todos. Se encerró en su mundo. Obró mal en emborracharse todos los días. Los ojos hermosos de las mujeres ya no eran esos tizones que antaño le deleitaron. Día y noche lloró la ausencia de su esposa y de sus hijos,  y maldijo al pixcoy. La cocha y sus cochitos, el burro viejo, los pollos, los patos y su vaca murieron también. Pero lo que más le atizaba la herida, era la pérdida de su mujer y de sus ishtíos, como él les llamaba.  Nadie podía suplir esos lugares en su vida. Nadie. Absolutamente nadie. Días antes el pixcoy le auguró que algo malo le sucedería y puso oídos  sordos. ¿Qué podía hacer?
Derrochó lo poco que tenía. Perdió su rancho, su parcela por culpa...del vicio que adquirió empujado por la desgracia. Terminó tirado en las calles del pueblo. Fue a los pies de Jesús Nazareno de Santa Ana a pedirle la muerte, y no la vida y prosperidad como lo había hecho antes. Ahora morir, era la mayor bendición que podía recibir. Tantas veces intentó suicidarse y no  logró su objetivo. Durante Cuartos Viernes se lanzó desde el campanario de la iglesia y en el techo de una “chinama” quedó atorado.
Sólo logró que la gente se riera de él. Otra vez que se puso una soga al cuello intentándose ahorcar,  la rama a la cual se ató, se desgajó. La esperanza ya no  existía. Ahora que no se preocupaba por su salud, porque deseaba la muerte, las enfermedades huían de él.

Fue pacífico y laborioso, entonces, ¿por qué esa tragedia en su vida?
Sobran las preguntas, escasean las respuestas. Oí decir allá por 1982, que lo habían brujeado. Cierto o mentira, no lo sé. La amargura más suprema se metió dentro de sus carnes y el pobre agonizaba lentamente. Tanto deseó ser víctima de una enfermedad gravísima y nada. Una vez, frente a un grupo de niños que jugábamos canicas en el parque, bebió un litro de “gramoxone” y en vano invocó a la muerte. Recordaba irritado que en vida, sus niños fueron azotados por la tifoidea, sarampión, cólera y pulmonía. La gente, muy conmovida por su desgracia, le ofrecía una taza de café, una tortilla con sal.  Nunca se me borra de la memoria la vez que me vio fijamente a los ojos y me dijo con su voz temblorosa y melancólica: “Vos ishte, igualite a vos estaríe mi Pegrite”.
Los años cayeron sobre sus espaldas. Las canas invadieron su cabeza. Las arrugas surcaron su piel morena. Sonrió enajenado cuando la muerte le dijo: “Es tu hora”.
 Un día apareció muerto en la Calle Real del pueblo de Huista. Dicen que con un gesto de sonrisa se marchó, para nunca más volver.


Basta de excusas


jueves, 25 de agosto de 2016

EL PAQUETAZO TRIBUTARIO 2016

El Banco Mundial sigue ordenando qué decisiones se deben tomar. Un ejemplo, el paquetazo tributario 2016.
A través del Ministerio de Finanzas Públicas  se pretende que el Congreso apruebe el “Paquetazo Tributario 2016”, en el marco del proyecto denominado Ley de Recuperación de la Capacidad Fiscal del Estado, así como un proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio 2017
La nueva carga tributaria recaerá principalmente sobre los  trabajadores calificados, profesionales, técnicos, burócratas, pequeños y medianos empresarios  o la clase media;  específicamente a través de gravar severamente sus ingresos y reducir su poder adquisitivo a través de una mayor erogación en combustibles y en cemento para construcción de vivienda.
 Asimismo,  debemos recordar que  la intención de centralizar el cobro del IUSI en la SAT contraviene el precepto constitucional que ordena que la administración debe ser descentralizada. 
Si este paquetazo tributario se aprueba,  se  profundizará la precariedad de los ingresos de la mayoría de la población en situación de pobreza y, como siempre,  el grueso del gasto incremental se destinará a burocracia, despilfarro, corrupción  y clientelismo político.
Vamos pues, de mal en peor.

Elder Exvedi Morales Mérida.

martes, 2 de agosto de 2016

A LA DEMOCRACIA Autor: Elder Exvedi Morales Mérida. 1994


LA FERIA PATRONAL DE SANTA ANA HUISTA (XIII)

LA FERIA PATRONAL DE SANTA ANA HUISTA (XIII)

FUENTE: Huista: un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida.                 Guatemala, 26 de julio de 1994.


Veamos lo que John repetiría una y otra vez, años después: “En la víspera de la celebración se organiza un convite integrado por 'gigantes', acompañados por un conjunto de marimba que recorren las calles del pueblo. Por la mañana, se hace la procesión eucarística.
Desde primeras horas de la mañana,  feligreses, hombres y mujeres, abarrotaron los alrededores de la iglesia donde está la imagen de la Virgen Santa Ana, para iniciar un recorrido por las calles céntricas.
El lento recorrido de la procesión, amenizada por marimba e inmersa en nubes olorosas de incienso.
La plataforma donde va instalada la Virgen es cargada en hombros por mujeres y hombres y durante su paso van destruyendo decenas de vistosas alfombras de aserrín de colores y flores que fueron elaboradas en las calles por otros devotos católicos”.
****
Tras la bendición del anda, la patrona sale a recorrer las calles. Su paso es acompañado por el baile de moros y el ritmo del tunito, el instrumento autóctono que se va apagando…   El sacerdote que reparte bendiciones a todos los puntos cardinales,  llevaría después la semilla de la rebeldía al pueblo.
Son las siete de la noche. La imagen de la virgen de Santa Ana es levantada en andas. La procesión camina lento y con parsimonia por la nave de la parroquia hasta dejarse ver en el atrio. Retumba una nueva marcha en los oídos, con tamborón y trompeta. El cortejo procesional ha pasado y ahora va rumbo a la calle Real, en donde le espera una alfombra enorme de flores, hojas de pacaya, de pino y de sabino. 
Y comenzaron a tronar los bombazos y los cohetes de vara de carrizo.

¡Son torrentes de agua bendita los que asperja con su hisopo!
La imagen luce sus mejores galas: vestido de satín blanco, capa corinta de pana y reluciente.                                                      
A cada momento se hacen en el rostro la señal de la cruz.
Incienso, cera, pabilos chisporroteando, aroma de flores…

“Al sonido de un son tradicional de la marimba de los “Gaspares”, va la patrona en andas, por las calles. Estallan las bombas, relucen las alfombras de pino, hojas de pacaya, pétalos de rosa, arena blanca y hojas de  sabino”, recordaría muchos años después Juan de Dios.
-Tan chula que está la virgencita-, dicen las mujeres, mientras rezan.
Alegres suenan las campanas.
John, escribiría después: “La parroquia y la plaza se pintan de fiesta: revuelo de campanas, palomas y quema de pólvora anunciando el paso de la procesión. Julio  se viste de fiesta y de estreno con la llegada de la feria en honor a la patrona. Los católicos de este valle entregan sus penas y sus angustias, a fuerza de desgranar rosarios, a los pies de la imagen de Santa Ana”.

-Ahora que estamos de fiesta, he escuchado hablar de de San Simón. ¿Qué sabe al respecto?-pregunta John.
Y tío Chema,  amable y cortés como siempre, responde: San Simón, cuyo día se celebra el 28 de octubre, es un ícono que se ha constituido en uno de los símbolos de la concepción espiritual de la población guatemalteca de mayor extensión, no aceptado por ninguna religión, cuyo culto se concentra en San Andrés Itzapa, Chimaltenango, y que ha traspasado las fronteras. Es el resultado del sincretismo religioso cristiano con la espiritualidad indígena-maya tanto en el ámbito del bien, como en el mal.
El Maximón atiteco se ladinizó en San Andrés Itzapa, pero los sistemas de cultos son diferentes. Estas efigies se reducen al personaje bíblico Judas Iscariote, quien tuvo un hijo llamado Simón, del cual se tomó el nombre para designar a Iscariote como Simón Judas, de donde también proviene Maximón, palabra tz’utujil que equivale a ma-don o señor Ximón-Simón, que se traduce como don o señor Simón.   Es protector de viajeros y sobre todo de los comerciantes, ya que continuamente se le pide suerte y abundantes ganancias en los negocios. Esto me lo contaba un amigo comerciante de Sololá que iba mucho a Comitán.
En cierta ocasión, esta imagen iba a ser quemada. Muchos se opusieron porque le tenían fe.  Un hombre la salvó  y trató de esconderla, pero le fue arrebatada. Cuando trataron de chamuscarla esta salió como si nada de las llamas. Por ello se cree que tiene fuerza y poder y que dejó de ser Judas para convertirse en San Simón. Luego la trasladaron a una casa, la sentaron y vistieron con buenas ropas y le rindieron culto.
Recuerdo que ese mi amigo comerciante de Sololá decía que aunque le digan que es solo un pedazo de madera, detrás de San Simón hay un espíritu, un ser bueno, para pedir suerte en sus negocios. Bueno, cada uno con sus costumbres, sus tradiciones, sus creencias, su fe…
El santuario atrae a gran cantidad de peregrinos centroamericanos y mexicanos, además de militares y de grandes personalidades de la política nacional. El 28 de octubre hay concurrencia de fieles, se queman juegos pirotécnicos y hay bailes y música de marimba.
-Muy interesante-, dice  John, mientras escribe en su libreta.
“Al principio, sólo tres juegos mecánicos venían: Rueda de Chicago, de Caballitos y de sillas voladoras.  En el atrio de la iglesia bailaban los moros. Sus máscaras y turbantes con espejitos, de sus chillantes atuendos rojos y azules, de los brinquitos que daban y, sus jerigonzas. Quemaron siete toritos de fuego por la noche”, escribiría años después Juan de Dios. 
Era la media noche y a lo lejos se oía la música y los cohetes de la fiesta patronal.

El cielo coronado de estrellas.




FUENTE: Huista: un viaje a través del tiempo. Elder Exvedi Morales Mérida.                 Guatemala, 26 de julio de 1994.